El empleo en el campo cayó un 28% en los últimos 10 años
Desde 1991 los indicadores que miden la ocupación agraria sufren un vertiginoso descenso, que alcanzaba ya casi un 28% al terminar 2001. La tendencia continuará a la baja y se acentuará tras un previsible recorte de las ayudas comunitarias que recibe la agricultura: el número de efectivos se estabilizará entonces en una horquilla entre 600.000 y 700.000, la mitad de los existentes hace 10 años. El medio rural español sería el gran perjudicado en ese escenario.
Los que estudian el fenómeno sostienen que el campo español terminará absorbiendo solamente unos 600.000 o 700.000 efectivos, justo la mitad del número de ocupados que existía en la agricultura española en 1991. Durante ese año las labores agrarias dieron trabajo a 1.251.700 personas, 328.000 trabajadores más que el pasado ejercicio, 2001, en el que según los datos de la encuesta de población activa, 923.000 personas desarrollaron labores en la agricultura, la ganadería, la caza y la silvicultura.
La tendencia en los últimos 10 años ha caminado irremisiblemente a la baja, con descensos significativos en 1992 y 1993 (entre 100.000 y 150.000 agricultores menos cada año, ver cuadro) y menos acusados el resto de los años. Sin embargo, la gran reconversión del sector se espera para dentro de tres o cuatro años, cuando, por una parte, se haga efectiva la incorporación de nuevos países a la Unión Europea y, por otra, termine el horizonte presupuestario diseñado en la Agenda 2000.
Analizando esta pérdida de efectivos se observa un claro trasvase de empleos del sector agrario al de los servicios, mayoritariamente, y, en menor medida hacia el de la construcción. Así, hace 10 años el sector servicios contaba con siete millones de trabajadores, mientras que en la actualidad agrupa a 9,3 millones de personas. La construcción ha ganado medio millón de trabajadores. Esto supone que ambos sectores han absorbido el empleo destruido de la agricultura y el nuevo empleo creado.
Subvenciones
Las señales indican que habrá un recorte de las ayudas y, por ende, una aceleración de la caída de efectivos hasta completar el número resultante de los sucesivos abandonos que dábamos al principio: una horquilla entre 600.000 y 700.000 efectivos. Si así sucede, como predicen los expertos, el gran objetivo que se encomendó la Unión Europea de hacer de los agricultores garantes de la alimentación, guardianes del medio ambiente y habitantes de las zonas rurales, habrá fracasado estrepitosamente. 'Se dejaría entonces la agricultura en manos del mercado, que ya ha demostrado que no cubre los costes de producción', sostiene Eduardo Navarro, secretario general de COAG.
En este periodo analizado, empero, la renta agraria se ha disparado hasta lograr un crecimiento de un 60%. Quiere esto decir que la tecnificación y la imperiosa necesidad de producir competitivamente han dibujado un paisaje en el que caben menos personas aunque se produzca más. Sin embargo, este último dato requiere dos matizaciones.
Por una parte, tal crecimiento de la renta desde 1991 no impide que la agraria esté todavía al 65% de la renta media nacional: quienes deberían, por tanto, protagonizar el relevo generacional en la agricultura (algo que el sector está clamando en tanto que el 50% de los agricultores españoles es mayor de 55 años) basculan hacia sectores con mejor remuneración.
Y donde la inversión para la creación de un negocio sea menor y ofrezca más garantías: los expertos calculan que iniciar hoy la actividad agraria cuesta 300.000 euros como mínimo.
Supervivencia rural
Por otra, todos los representantes de los agricultores coinciden en manifestar que este asunto no debe ser observado a través de un cristal meramente económico, puesto que está en juego la supervivencia del mundo rural español -y europeo- que en nuestro país supone el 90% del territorio y el 24% de la población.
Aun hoy, cuando los agricultores españoles reciben casi 6.000 millones de euros anuales de Bruselas, la gangrena, aunque lenta, está plenamente operativa: las zonas rurales poseen cada vez menos habitantes.