Un informe critica la falta de espíritu innovador entre los universitarios
España ha mejorado sus índices de actividad emprendedora, pasando de una tasa del 4,55% en el año 2000 a una tasa del 6,32% en 2001. El estudio, el informe GEM (Global Entrepreneurship), ha sido elaborado por el Instituto de Empresa y en él se critica la falta de espíritu innovador entre los universitarios españoles.
El estudio analiza el perfil de los emprendedores en 29 países, sus motivaciones, retos, demandas y necesidades, así como los factores más relevantes que promueven la creación de empresas en el mundo. España mejora en todos sus indicadores de actividad emprendedora.
En cuanto al porcentaje de empresas nacientes, con menos de 12 meses de vida, se pasa del 3,18% al 4,46%; mientras que la tasa de nuevas empresas (compañías con hasta 42 meses de actividad) sube del 1,44% al 1,98%. Las cifras revelan que la tasa de empresas nacientes en España es significativamente superior a la de nuevas empresas.
El estudio destaca un adelanto respecto al año pasado en cuanto a la evaluación de la formación universitaria, si bien ésta se percibe por parte de los emprendedores como 'un ser endogámico en el que los universitarios se promocionan internamente sin mantener contactos con el exterior y que carecen de mentalidad emprendedora'.
A pesar de ello, en las universidades españolas empieza a haber un mayor número de cursos y de programas que promueven el espíritu emprendedor. Esto podría ser resultado, explica el estudio del Instituto de Empresa, de la creación de los últimos años de nuevas cátedras y cursos de formación especializados en gestión y creación empresarial.
Visión académica
España parece destacarse por la calidad de la formación directiva que ofrece, pero sigue necesitando de una política educativa de mayor alcance cuyo objetivo sea generalizar los conocimientos en creación empresarial a todos los niveles de estudios y fomentar la creatividad y la independencia de los alumnos. Sin embargo, el sistema educativo español peca de una visión excesivamente académica y falta de dinamismo.
En cuanto a la edad de los emprendedores, el informe refleja que más del 36% tiene entre 18 y 34 años; casi el 19% tiene entre 35 y 44 años, seguidos muy de cerca, con el 18%, por los que tienen entre 45 y 54 años. Los dos grupos restantes, mayores de 55 y de 65 años, tienen tasas de entre el 14 y el 12,75% respectivamente, pero no por tener tasas inferiores hay que restarle importancia, ya que este colectivo representa actualmente el 16,3% del total de la población activa.
Los emprendedores crean una empresa motivados por la existencia de una oportunidad de negocio y por la necesidad de sobrevivir. 'El primer tipo de actividad emprendedora contribuye de una forma mucho más positiva a la economía de un país que la actividad emprendedora por necesidad, la cual surge de una falta de alternativas para tener trabajo. El 72,5% de los emprendedores crearon su propia empresa porque vieron una oportunidad de negocio, mientras que el 57,1% lo hizo por necesidad.
El informe destaca, además, la elevada participación femenina en la actividad emprendedora. España ocupa la tercera posición por detrás de Italia y Nueva Zelanda. Pero hay que precisar que la involucración de las mujeres en nuevas empresas es mayor a su participación en la creación propiamente de dichas empresas. Las mujeres españolas, al contrario que los hombres, tienden a crear más empresas por necesidad.
La principal fuente de financiación de nuevas empresas suelen ser los ahorros y los ingresos propios, en el 85% de los casos. A través de prestamos de las entidades financieras lo hace el 51% de los emprendedores. El 31,9% utiliza la vía de la Administración pública para obtener recursos y crear una empresa y el 25,5% echa mano de familiares cercanos.
En cuanto al tipo de negocio, el informe destaca una tendencia, en el 23% de los casos, a establecerse en el sector de venta minorista, servicios turísticos y restaurantes. Detrás se sitúan los servicios comerciales dirigidos a empresas, que centralizan el 17,7%. El sector minero y de la construcción aglutina al 13,3% de los emprendedores; la industria manufacturera, al 12,4%, y el de transportes, almacenamiento y comunicaciones, al 9,7%. El estudio señala una correlación entre la creación de nuevas empresas y el crecimiento económico.