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Infraestructuras

Administraciones y empresas promueven 23 tecnópolis en España

Universidades, ayuntamientos, comunidades autónomas y empresarios promueven 23 parques tecnológicos en nueve regiones, con una inversión estimada de 575 millones. Incubadoras de empresas, centros tecnológicos e infraestructuras de comunicación consumirán la mayor parte del presupuesto.

Los parques tecnológicos son a la sociedad del conocimiento lo que los polígonos industriales a la sociedad industrial', señala Felipe Romera, presidente de la Asociación de Parques Tecnológicos de España (APTE), para explicar cuáles son las circunstancias que han favorecido que en España estén en marcha actualmente 23 nuevas tecnópolis.

Los nuevos proyectos mueven una inversión global estimada en 575 millones de euros, con un promedio de 25 millones por iniciativa, si bien 'hay grandes complejos en los que se emplearán más de 36 millones', apunta Romera.

A diferencia de lo que ocurría con los polígonos industriales, aquí la compra de suelo y las obras de urbanización no engullen el grueso del presupuesto, sino que éste se dirige en gran parte a la red de fibra óptica -imprescindible en cualquier espacio tecnológico-, los viveros de empresas, centros tecnológicos y edificios en alquiler para albergar compañías. 'Y si además hay equipamiento universitario, la inversión ya se dispara'.

Una de las grandes diferencias entre los nuevos proyectos y los 12 parques tecnológicos que actualmente están operativos reside en los promotores. Las primeras tecnópolis fueron impulsadas por las comunidades autónomas, deseosas de atraer inversión, empresas, tecnología y empleo a la periferia.

El éxito casi general de aquellos pioneros ha animado a universidades, ayuntamientos, como los de Huesca, Ciudad Real o Murcia, y empresas privadas a convertirse en promotores de los nuevos espacios tecnológicos.

Así, universidades como las de Girona, Santiago de Compostela, Carlos III o Pontificia, entre otras, han asumido el papel de motor de tecnópolis. El interés de las instituciones académicas ha crecido hasta el punto de que actualmente son 45 las universidades que colaboran en diferente grado con alguno de los complejos activos o en fase de ejecución.

Para los empresarios tampoco ha pasado desapercibido este auge, de modo que se han implicado tanto individualmente, como es el caso de la constructora Prasa -copromotora del parque cordobés de Rabanales-, como a través de las patronales en parques como los de Ferrol y Girona. En cualquier caso, aunque las fuentes de financiación se hayan diversificado, 'el poder público siempre está detrás', apunta el presidente de la APTE.

Otro fenómeno nuevo es la aparición de tecnópolis sectoriales. De hecho, las seis que están en proyecto en la comunidad andaluza se centrarán en sectores concretos como el aceite, la industria aeronaval o la auxiliar de la agricultura intensiva.

Los nuevos proyectos se ubican en nueve comunidades autónomas diferentes, entre las que destacan Andalucía, seguida de Cataluña y Madrid, cada una con tres proyectos, y Galicia, con dos.

Los 12 parques en marcha facturan 3.790 millones

 

La evolución que han mostrado los 12 parques tecnológicos actualmente activos en España es, en gran medida, responsable del auge de nuevos proyectos.

 

 

 

 

 

 

 

Las tecnópolis cerraron el ejercicio de 2001 con una facturación global de 3.790 millones de euros, cantidad que representa un crecimiento del 24,9% respecto a 2000. En total, se ubican en estos espacios 1.080 empresas, o sea un 11,9% más que el ejercicio anterior, mientras que el empleo ha aumentado hasta 29.036 personas, cifra que representa un aumento del 15,4%.

 

 

 

Estos datos reflejan, por una parte, que la crisis tecnológica ha moderado el crecimiento del número de empresas, que en 2000 fue del 42,9%. 'Hubiéramos crecido más si no hubieran desaparecido algunas empresas, arrastradas por la crisis', dice el presidente de la organización que agrupa a los parques, Felipe Romera.

 

 

 

Pese a todo, las 293 compañías de tecnologías de la información, informática y telecomunicaciones siguen representando el mayor porcentaje de actividad de las tecnópolis españolas.

 

 

 

El año 2001 fue un ejercicio de consolidación, como demuestra que el empleo y la facturación crecieran muy por encima del número de nuevas sociedades.

 

 

 

El porcentaje de trabajadores que se dedican a actividades de I+D experimentó un moderado aumento al pasar del 19% al 21% sobre la plantilla total.

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