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Antes de elegir un fondo...

El porqué de los índices de referencia

Los gestores necesitan medir la evolución de sus fondos contra un índice comparable, de forma que tengan una pauta o referencia sobre cómo está evolucionando en términos relativos. Pero además de base comparable, los índices se utilizan para gestionar fondos. Algunos se gestionan de forma activa frente al índice y otros de forma pasiva. Estos últimos replican exactamente los pesos del índice, tanto por sectores como por países y comúnmente son conocidos como fondos indexados.

Un índice de referencia o benchmark se podría definir como un grupo de compañías seleccionadas para representar una parte del mercado, y que permite a los inversores comparar la evolución de fondos que pertenecen a un mismo grupo o categoría.

La comparativa contra un grupo de fondos se hace sobre la media del conjunto, englobado en su misma categoría. De este modo, el gestor tiene una base para ver en qué medida lo está haciendo mejor o peor que sus competidores.

La variedad de índices es amplísima, desde los extendidos de MSCI hasta los de JP Morgan, HSBC, SSB, Dow Jones, por mencionar algunos. La oferta es tan variada que pueden encontrarse índices a medida en función de las características del fondo en particular. Los componentes de un índice se revisan regularmente, de forma que determinadas compañías salen del índice mientras otras entran.

Un modo de medir el riesgo de un fondo es el de controlar el tracking error, que nos indica en qué medida el fondo se desvía de su índice de referencia. Uno alto implica que el fondo se mueve menos en línea con su índice, lo que puede ser positivo o negativo según las apuestas que haya tomado el gestor.

Un gestor puede comparar su fondo contra un índice como tal, o contra otros fondos que compartan el mismo objetivo de inversión, es decir, un fondo comparable. Muchos fondos enmascaran su verdadera categoría (bien sea por el propio nombre del fondo, por la descripción de su política de inversión, etc.) bajo otras formas comercialmente más atractivas.

Por otra parte, los índices proporcionan un tipo distinto de comparativa. Cuando un gestor selecciona un número determinado de valores para su fondo, elige aquellos que considera que tienen un mayor potencial de revalorización de acuerdo con su política de inversión. Al comparar esa selección de valores contra un índice amplio, el gestor puede tener una idea de cómo su selección está funcionando respecto al mercado en general.

Asimismo, los índices suponen una ayuda a la hora de elaborar un fondo.

Por ejemplo, un fondo norteamericano que tome el S&P 500 como referencia, no sólo dispone de un desglose por compañías sino también de un desglose por sectores. El gestor puede tomar el índice como guía para determinar qué porcentaje debe estar en cada sector y en cada valor, lo que no implica que deba replicarlo de forma exacta. Un gestor puede decidir tener un peso similar al de su índice de referencia en cuanto a un sector en concreto, pero eso no implica necesariamente tener en la cartera los tres o cuatro mayores valores del índice, sino que se puede añadir valor a través de una cuidadosa selección de acciones.

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