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Suspensión de pagos

La compañía regional suiza Swisswings se declara en suspensión de pagos

Víctima de las consecuencias para el sector de los atentados del 11 de septiembre, recibió, sin embargo, el golpe de gracia de la quiebra del constructor aeronáutico Fairchild Dornier.

En busca de liquidez, Swisswings proyectaba la venta de dos de sus cinco aviones de esa marca, que perdieron de pronto todo su valor.

120 trabajadores de Swisswing, de ellos 50 en Ginebra, se quedarán si trabajo y el aeropuerto internacional de Ginebra pierde un socio y Suiza, su última compañía regional.

El proyecto de Swisswing consistía en vender dos aviones Fairchild para obtener unos 18 millones de francos (algo más de diez millones de dólares) y luego alquilarlos en régimen de "leasing" al eventual comprador, pero esa operación falló.

La nueva compañía nacional suiza, Swiss, sucesora de Swissair, se ha negado tajantemente a ayudar a la única compañía regional suiza que quedaba tras la desaparición de Crossair, cuya flota se ha integrado en Swiss.

Sin embargo, Swiss se ha comprometido a repatriar gratuitamente a los 570 pasajeros abandonados a su suerte por Swisswing.

Swisswings fracasó en sus intentos de llegar a un acuerdo de "joint venture" con alguna de las grandes compañías europeas: Air France, Lufthansa o KLM, ya que cada una de éstas tiene ya su propia compañía regional.

Tampoco consiguió reducir sus costos de mantenimiento a pesar de la venta de su filial ASB a RUAG Aerospace.

El aumento de capital realizado en agosto del 2001, poco antes de los atentados terroristas en EEUU, como parte del programa de saneamiento, no tuvo éxito.

A diferencia de lo que ocurrió con Swissair, ni la Confederación suiza ni el cantón de Berna, donde Swisswings tiene su sede, se han declarado dispuestas a financiar una eventual recapitalización de esta última.

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