Un Masters de Augusta inédito
José María Olazábal y Sergio García aparecen en todas las apuestas para llevarse un torneo que este año se lo pone más difícil a los jugadores
La mitad de los jugadores españoles que la semana próxima disputarán el Masters de Augusta cuenta con serias posibilidades para alzarse con la victoria en el primer grande de la temporada. José María Olazábal y Sergio García aparecen en todas las apuestas. El vasco figura en segundo lugar en la lista de ganancias del circuito estadounidense, sólo superado por Tiger Woods, mientras el castellonense es séptimo. A nuestros otros dos participantes, Severiano Ballesteros y Miguel Ángel Jiménez, les espera otro papel.
La historia del Masters se reescribe cada año. En esta edición los golfistas invitados al torneo se enfrentarán a un campo absolutamente nuevo. El Augusta National es 258 metros más largo después de las obras de acondicionamiento llevadas a término. Cuatro hoyos de la primera parte del recorrido han sido retocados, así como otros cinco de los que conducen hasta la casa club. Los responsables de Augusta, celosos de la imbatibilidad de su recorrido, no quieren soportar nuevas humillaciones. Lo han puesto más difícil y aunque siga siendo par 72, habrá menos birdies y más bogeys.
El año pasado llegaron a la conclusión de que las bolas llegaban más lejos, que los golpes de approach se hacían con palos muy cortos que permiten elevar mucho la bola para que ésta se clave en los rápidos greenes de Augusta. El campo se quedaba atrás frente a las innovaciones técnicas aplicadas por los fabricantes de palos y bolas. El Masters podría convertirse en un torneo aburrido y, según dicen sus responsables, lo que desean es que en Augusta se siga viendo el mejor golf del mundo que premie a los golfistas con talento, a aquellos que son capaces de situar la bola en el sitio correcto de la calle, jugando con ella para que se abra o se cierre, según corresponda a cada hoyo. Compensar a aquellos que sean capaces de dar un segundo golpe desde 200 metros de green y hacer que la bola se pare. A los buenos pateadores con capacidad de templar los nervios sobre los greenes-espejo de Augusta en el instante de tirar al hoyo.
De las distintas especies de golfistas, los más o los menos pegadores, nadie asume la responsabilidad ni se declara abiertamente partidario de los cambios. Para Tiger Woods, defensor del título y el hombre que hizo reflexionar a los socios de Augusta cuando en las cuatro históricas rondas de 1997 consiguió un registro récord de 18 golpes bajo par, manifiesta que 'lo único que tengo que hacer es salir ahí y hacer mi trabajo lo mejor que pueda'. El número uno mundial, que ya ha entrenado en el nuevo recorrido, ha jugado un hierro más en cada hoyo de lo que venía haciendo.
Beneficiados
Woods, que habitualmente juega un 6, vio cómo su compañero de partido, su amigo Mark O'Meara, usó un hierro 2 en el hoyo 11, un par 4 que ahora es de 446 metros. El surafricano Ernie Els, buen pegador, técnico y regular, podría ser de los beneficiados. También Sergio García, un golfista sin complejos que, a poco que le funcione el putt, tiene un buen juego con los hierros en la mano. Lo mismo que Olazábal, que en 1999, cuando se ampliaron los hoyos 2 y 17, se alzó con la victoria. El castellonense ha practicado esta última semana en su tierra en compañía de su novia, la tenista suiza Martina Hingis. El de Hondarribia viaja hoy a Augusta desde Las Vegas, donde ha trabajado a las órdenes de Butch Harmon, el entrenador que comparte con Tiger. Dos modos distintos de preparar el encuentro con el nuevo campo de Augusta.
Mientras Olazábal dice que 'es su campo, su torneo y que, por lo tanto, pueden hacer lo que quieran', en referencia a los propietarios de Augusta, Severiano Ballesteros se ha declarado abiertamente en contra, ya que para él se ha perdido la esencia de aquel campo en el que consiguió sus dos victorias. En un papel de actor secundario también aparece Miguel Ángel Jiménez, décimo en la pasada edición y que ahora no atraviesa el mejor momento de su juego, aunque el nuevo Augusta National Golf Club desconcertará a todos. Prepárense para vivir un Masters inédito.