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El deseado satélite de la Unión Europea

El sistema europeo de navegación y localización por satélite, Galileo, cuya creación ha sido ya acordada por los países integrantes de la Unión Europea, parece un elefante blanco listo para despegar. El ambicioso programa, cuyas inversiones están valoradas en 3.600 millones, pensado para 'complementar y competir' con el sistema de posicionamiento global del Pentágono, tiene muchas de las características de los proyectos europeos y un gran apoyo de quienes quieren aumentar el prestigio del continente. El proyecto Galileo de navegación no supondrá un gran avance respecto a la tecnología del GPS. (...). Existen también dudas sobre la capacidad que tendrá el sistema Galileo para comercializar su proyecto. Como GPS, Galileo tiene la intención de ofrecer gratuitamente la mayoría de sus servicios. Recuperar el subsidio del sector público a través de royalties por los chips de recepción puede resultar imposible. (...) El mercado para otros servicios de alta sofisticación atraviesa una situación muy incierta.

(...) La única razón poderosa para seguir adelante con Galileo es estratégica. ¿El acceso de los europeos a una tecnología comercialmente vital y, potencialmente, con aplicaciones militares, debe seguir a merced de la buena voluntad del ejército de Estados Unidos? (...) Estados Unidos podría reimponer restricciones en la precisión [del sistema GPS] o cobrar por su utilización. En la práctica es altamente improbable. (...).

La afirmación realizada por el presidente francés Jacques Chirac, de que Europa podría convertirse sin Galileo en un vasallo de Estados Unidos, rezuma la clásica gestualidad francesa (...).

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