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Coyuntura Europea

El consumo en Francia creció un 0,4% durante febrero

Los consumidores de Francia e Italia afrontan la incipiente recuperación económica con ánimo dispar. En Francia, el gasto de los ciudadanos volvió a subir en febrero (0,4%) tras sufrir un declive del 0,5% en enero. En Italia, la confianza de los ciudadanos cayó en marzo, debido sobre todo a la preocupación por la polémica reforma laboral propuesta por el Gobierno Berlusconi.

El gasto de los consumidores franceses repuntó un tímido 0,4% en febrero, a pesar de la incertidumbre reinante en torno a la fortaleza de la recuperación económica. El aumento interanual fue del 1%.

Estos datos superaron las previsiones de los analistas, que auguraban un aumento mensual de sólo el 0,2%, y suponen una clara mejora respecto al declive mensual del 0,5% registrado en enero.

Además, el índice general de gasto privado aumentó a pesar del fuerte declive del 1,1% registrado en las compras de automóviles, un apartado que había servido de pilar al gasto de los consumidores franceses hasta finales del año pasado.

Analistas como David Naude, de Deutsche Bank, y Laure Maillard, de la firma CDC Ixis, avisaron, sin embargo, que el dato de consumo para el primer trimestre será decepcionante.

La caída en el sector de automóviles se vio compensada por un aumento del 1,6% en las compras de equipamiento para el hogar y un incremento del 1,3% en vestimenta y calzado.

Aunque modesto, el aumento en el gasto privado confirma las señales de mejora de la economía francesa, que entró en crecimiento negativo durante los últimos tres meses de 2001. Además, todas las previsiones apuntan a que la mejora será más robusta en el segundo trimestre de 2002.

Francia cerró 2001 con un crecimiento del PIB del 2%, frente al 3,6% de 2000. El banco central galo anunció la semana pasada que prevé un crecimiento del 0,2% durante el primer trimestre de este año y un 0,5% en el segundo.

Fuerte repunte en 2003

Para todo el año 2002, el Gobierno del socialista Lionel Jospin prevé un crecimiento entre el 1,4% y el 1,6% y para 2003 augura un robusto 3%. Un escenario de recuperación que es compartido por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Mucho menos optimista resultó el dato de confianza de los consumidores publicado, también ayer, en Italia. Según ISAE, un organismo independiente creado por el Tesoro italiano, la confianza de los italianos cayó en marzo, tras haber subido con fuerza en febrero.

El principal motivo de preocupación es la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Silvio Berlusconi. Según ISAE, 'los consumidores muestran expectativas algo peores en materia de empleo a corto plazo, debido probablemente a la incertidumbre provocada por el debate sobre la reforma del mercado laboral'.

El Gobierno ha propuesto facilitar los despidos y los sindicatos tenían previsto convocar una huelga general en abril. Sin embargo, ambas partes se han mostrado dispuestas a sentarse de nuevo en la mesa de negociaciones tras el asesinato, el martes, del economista Marco Biagi, uno de los autores teóricos de la reforma.

Un tercio de los consultados esperan un aumento fuerte o moderado del desempleo en los próximos 12 meses. Además, preocupa la desaceleración económica y el repunte de la inflación.

El Gobierno ha dicho que el PIB de Italia puede crecer hasta un 3% este año, pero los economistas privados se muestran más cautos y el FMI cree que el crecimiento será de sólo el 1,2%.

Imprevista caída del paro británico

 

El número de desempleados del Reino Unido cayó de manera imprevista en febrero, con lo cual se confirma que la reactivación económica británica es más robusta de lo que se pensaba. Así y todo, los analistas están convencidos de que el Banco de Inglaterra no subirá por ahora los tipos de interés.

 

 

 

 

 

 

 

Los expertos auguraban un aumento de 5.000 en el número de parados registrados, pero esa fue precisamente la cifra en que se redujo la estadística de desempleados. La cifra total de parados se colocó así en 947.200 y la tasa de desempleo se mantuvo en el 3,1%, la segunda más baja desde 1975.

 

 

 

Buena parte de los nuevos puestos están siendo ofrecidos por el sector público, que ha respondido a la crisis potenciando las inversiones en servicios públicos.

 

 

 

El número de parados británicos calculado según las normas de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), que incluye a los desempleados que no cobran un subsidio, se situó en 1,528 millones, 8.000 más que en enero, lo que supone una tasa de desocupación del 5,1%.

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