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La crisis económica se refleja en Cebit 2002

La mayor feria tecnológica se ha visto afectada por primera vez por la mala situación que vive la economía. Cautela y mucha realidad son las nuevas consignas

La mayor feria tecnológica del mundo, Cebit, que se celebra estos días en la ciudad alemana de Hannóver, ha sido un poco menos grande este año. Tanto la superficie de exposición (425.000 metros cuadrados, 10.000 metros menos que en 2001) como el número de empresas expositoras (que este año no llegan a 8.000) han sufrido recortes. Y aunque aún no hay datos de visitantes, la opinión general es que no acudirán masivamente como en ediciones anteriores.

La crisis tecnológica y los atentados del 11 de septiembre han afectado inevitablemente a la feria, donde se muestran cada año las tendencias del sector, reduciendo sobre todo la presencia norteamericana. En total, 142 compañías estadounidenses menos que el año pasado, con importantes ausencias, como la de Computer Associates y Apple, han empañado el forzado optimismo que algunos dirigentes, como el canciller Gerhard Schröder, mostraron el día de la inauguración. 'La industria tecnológica se recupera, y eso tendrá efectos positivos sobre el resto de la economía', afirmó el canciller mientras visitaba el stand de Microsoft.

Sin embargo, no es un ambiente de euforia el que se respira en Hannóver, sino más bien de cautela, a la espera de tiempos mejores que nadie sabe cuándo llegarán. El baño de realidad es palpable sobre todo entre los fabricantes de telefonía móvil, que con el retraso del UMTS han aprendido a no dejarse guiar por la ciencia ficción.

'La tercera generación de móviles vendrá algún día', comentó Peter Zapf, presidente de la división de telefonía móvil de Siemens, durante la rueda de prensa en la que se presentaron nuevos productos. 'Pero la realidad aquí y ahora es otra, y sobre ésa hay que darle al cliente más prestaciones'. Zapf se refería al GPRS, tecnología de transición hasta que llegue el ya casi mítico UMTS, que abre la puerta a los mensajes cortos multimedia (MMS).

No sólo Siemens, sino también los demás fabricantes líderes del mercado, como Nokia, Ericsson y Motorola, han basado sus presentaciones del Cebit en los MMS, que permiten enviar a través del móvil, además de textos, imágenes en movimiento y a todo color, gráficos y música. Con los nuevos móviles, Internet está cada vez más al alcance de la mano. Nokia, por ejemplo, presentó el 7650, que incorpora una cámara de fotos digital, una pantalla en color de 35 x 41 milímetros y ofrece múltiples aplicaciones basadas en el lenguaje Java.

Esperanza en los mensajes multimedia

Siemens también tiene listos varios modelos GPRS, y con algunos ha cambiado el tradicional formato de mano. Así, el pendant phone, que pesa menos de 60 gramos, incorpora una cadena para ser transportado alrededor del cuello y ofrece la posibilidad de escuchar música en formato MP3. También Ericsson parece haberse olvidado de UMTS. A través de su alianza con Sony, el fabricante sueco lanzó nuevos modelos en Hannóver, donde los mensajes multimedia son, por supuesto, la estrella.

Para intentar despejar el escepticismo de los periodistas, que no dejaban de preguntar si los usuarios acogerán los nuevos mensajes multimedia con el mismo entusiasmo que los actuales SMS, Mats Dahlin, directivo de Ericsson de la división europea, se remontó a 10 años atrás. 'Acordémonos de lo que pasaba entonces. Estábamos en medio de una recesión mundial, se empezaba a conocer la tecnología digital y nosotros nos preguntábamos no sólo si alguien iba a querer mandar mensajes a través del móvil, sino si los clientes iban a poder comprar teléfonos tan caros'.

La incógnita que nadie es capaz de responder es cuántos clientes esperan obtener a corto plazo y de qué segmento de mercado vendrán los beneficios. ¿Serán los altos ejecutivos quienes más usen los mensajes multimedia? O por el contrario, ¿sucederá en Europa lo mismo que en Japón, donde son los adolescentes quienes utilizan masivamente las posibilidades del nuevo móvil?

Observando el concurrido expositor de la japonesa NTT Docomo, que la semana próxima comenzará a ofrecer en Alemania su servicio i-mode a través de la operadora E-Plus, el sector puede hacerse una idea de hacia dónde van los tiros: decenas de jóvenes eran atendidos por pacientes azafatas niponas que enseñaban una y otra vez los avanzados juegos que permite i-mode, servicio que en Japón cuenta ya con 30 millones de clientes.

Realidad y nada más que realidad. La fría e inhóspita ciudad de Hannóver apostó este año por lo seguro, lo que ya funciona en el mercado y ha dado probadas muestras de su aceptación por los usuarios. Por ejemplo, las agendas de mano, que son usadas ya por 2,1 millones de personas en todo el mundo, según Dataquest. En el Cebit se enseñaron modelos mucho más atractivos para el usuario, con la incorporación de pantallas en color y, como el Pocket Loox de Fujitsu, conectadas a través de la tecnología inalámbrica Bluetooth con otros dispositivos como el móvil o el portátil.

La seguridad ha cobrado este año un nuevo significado, tras los ataques del 11 de septiembre y una generación de sofisticados virus informáticos que hacen a cualquier empresa tan vulnerable como un puesto callejero. El Cebit no ha sido ajeno a esta nueva psicosis, dedicando su pabellón central, el 17, de más de 11.000 metros cuadrados, al monográfico tema de seguridad en tecnologías de la información y nuevas generaciones de tarjetas bancarias.

Más de 300 compañías muestran los últimos avances en redes seguras de Internet, sistemas biométricos de reconocimiento del iris, huellas digitales y sofisticadas claves de acceso. Pese a todo este blindaje, el futuro se adivina mucho más inseguro que en el pasado. Como expone un directivo de la empresa estadounidense Riptech en su stand, en la segunda mitad de este año habrá 128.000 intentos de acceso ilegal a bases de datos, aumentando un 79% respecto al año anterior.

Y cuanto más grande es una empresa, más golosa para los hackers. El 42% de las organizaciones de más de 1.000 empleados han sufrido algún intento de ataque en sus redes. En este sentido, las entidades financieras parecen ser las corporaciones más preocupadas por la seguridad. Los mayores bancos alemanes, como Deutsche Bank, Dresdner Bank o Hypovereinsbank han querido estar también este año en la feria, mostrando a los clientes una nueva generación de tarjetas, lo último en seguridad.

Deutsche Bank trabaja actualmente con la plataforma de pago Paybox, que realiza las comprobaciones de los clientes a través del móvil. Las claves de acceso y las contraseñas pronto pertenecerán al pasado. Los principales bancos están estudiando una tarjeta de crédito que servirá igualmente para el cajero automático que para las compras a través de Internet, y que incorporará firma digital.

HP, la vida continúa

En el pabellón de tecnologías de la información, junto a Microsoft, IBM y Compaq, Hewlett-Packard (HP) mostraba, bajo el lema 'La tecnología empieza contigo', una nueva generación de productos orientados al mercado de consumo. Los directivos de HP presentes en Hannóver tenían prohibido expresamente hablar de la fusión con Compaq, a falta de cuatro días para que se pronuncien los accionistas.

HP se esmeraba en convencer a cualquier curioso que la vida continúa, aunque fracase la fusión. Y así, esforzándose en una apariencia de normalidad, ofrecía presentaciones en vivo de su producto más novedoso, la cámara digital Photosmart 812, que permite enviar a través del correo electrónico imágenes de alta resolución. HP pretende ampliar su cuota de mercado en el sector de la imagen, para lo que ha reforzado todavía más su alianza con Kodak y acaba de adquirir Indigo, dedicada a la fotografía.

En el stand de Compaq, demasiado cerca del de HP, un directivo sí se atrevió a hablar. 'Tenemos una excelente posición para el futuro, con o sin HP', comentó el director general de la compañía en Alemania. 'Nuestra cuota de mercado muestra que somos fuertes tanto en solitario como formando parte de una gran corporación'.

La feria contó también con la presencia de Steve Ballmer, el presidente de Microsoft, en plena campaña de promoción de su videoconsola XBox en el mercado europeo. La empresa de Gates hizo público su acuerdo con Deutsche Telekom para desarrollar software para los móviles. Juntos crearán también un portal donde los clientes de la operadora alemana podrán conectarse a diferentes servicios a través del teléfono.

Sin embargo, el mercado de telefonía es sólo una pequeña parte del verdadero negocio de Microsoft, los servicios web, sobre los que ha desarrollado su estrategia .Net. Sun Microsystems, con su arquitectura One, e IBM también basan su futuro en estos servicios, que permitirán, como explicó Ballmer en una rueda de prensa multitudinaria, 'que el usuario pueda acceder desde cualquier dispositivo a cualquier dato en cualquier momento'.

En general, escasas novedades ha deparado el Cebit este año. Para los observadores del mercado, una de las pocas cosas que ha quedado clara es que los nuevos mercados se están extendiendo hacia el sureste asiático. La masiva presencia de empresas asiáticas en Hannóver (más de 1.000, con Taiwan y Hong Kong a la cabeza), da una idea del interés que puede tener, ya con China incorporada a la Organización Mundial del Comercio, un mercado de millones de potenciales usuarios. Europa, más que nunca, parece estar quedándose vieja.

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