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Bolsa

Escuela de especuladores

Algunas agencias de valores celebran cursos donde enseñan cómo se puede ganar dinero en Bolsa con operaciones intradía

Un ordenador, conexión a Internet, un intermediario, un valor líquido y volatilidad, mucha volatilidad en los precios. Con estos ingredientes se puede ser un day trader, es decir, un profesional de la Bolsa por cuenta propia que compra y vende acciones en un mismo día, arañando un beneficio tanto con las subidas como con las bajadas de los títulos. Los que se dedican a esta actividad aseguran que se puede ganar mucho dinero, pero no se cansan de repetir que la posibilidad de perder lo invertido está presente en cada operación si no se respetan ciertas normas. Son especuladores. No les duelen prendas en asumir este calificativo. 'La especulación es necesaria. El day trader es una persona dispuesta a asumir cierto riesgo para lograr un beneficio a corto plazo y que a cambio proporciona algo tan esencial para el funcionamiento de los mercados como es la liquidez', arenga Miguel Sánchez, de Estubroker, a los alumnos que asisten al primer curso organizado por esta agencia de valores para aprender las tácticas del day trading.

Sólo hay una mujer entre las más de cuarenta personas que conforman esta pequeña escuela de especuladores. Sus edades son bastante heterogéneas. Los hay que aún no han cumplido la treintena y jubilados que toman apuntes como colegiales. No son alumnos pasivos. Muchos ya han hecho sus pinitos en operaciones intradía y comentan en voz alta sus últimos movimientos. '¿Visteis que fulanito se comió todas las acciones de Telefónica?'...'¿Qué pensáis hacer mañana cuando la Fed revise los tipos?'... Les encanta oírse. Lo que les atrae de esta actividad no es sólo ganar dinero, hay en su actitud un deseo de demostrar que pueden batir al mercado, de ser, en definitiva, más listos que los demás. 'No gano mucho, pierdo poco, pero disfruto como un enano gestionando el riesgo, tomando posiciones por mí mismo', comenta uno de los asistentes a este curso.

'El control emocional, la disciplina a la hora de seguir un método de inversión y la capacidad de adelantarse a los movimientos del mercado son tres de las cualidades más importantes de un buen day trader ', explican los profesores de Estubroker a sus alumnos.

La actividad de un operador intradía se asemeja a la desarrollada por los surfistas. Estos esperan la llegada de la mejor ola. Se suben a ella, intentan adivinar por dónde va a romper y aguantan hasta que ya no tiene fuerza para salir airosos de ella. Los day trader, en la búsqueda de su particular ola, utilizan el análisis gráfico o chartista. Adiós a los fundamentales. Se especializan en uno o dos valores como mucho. No dejan posiciones abiertas al cierre de la sesión para no verse sorprendidos en la subasta del día siguiente. Además, utilizan herramientas técnicas como los stop loss y las órdenes condicionadas y limitadas e invierten en futuros para cubrir parte de sus operaciones.

La ansiada ola se llama tendencia, el momento en el que todas las órdenes se cruzan y apuntan hacia una misma dirección. Para detectar la tendencia, los day traders utilizan los soportes y las resistencias de los valores, así como las medias de todos los precios que hay en ese momento en el mercado, tanto de compra como de venta. Cuando descubren la tendencia apuestan por una subida o por una bajada del valor (ir largo o corto en la jerga del especulador). Si creen que el precio de las acciones va a caer, venden en ese momento para luego recomprar los títulos más barato. Si, por el contrario, apuestan por una subida, compran barato para después vender caro. El siguiente paso también es clave: elegir el momento para salir del valor. No hay que irse muy pronto ni muy tarde. El momento óptimo para cerrar posiciones sería cuando se cruzan las medias de precios más cortas, que indican que la tendencia pierde fuerza.

'Un buen day trader debe conocer quién tiene la obligación de actuar en cada momento. En los vencimientos, el contado y el futuro se juntan, en las subastas alguien moverá ficha porque cerró mal el día anterior, en las salidas a Bolsa los colocadores responden de la acción al igual que los cuidadores en las ampliaciones.... Todo esto hay que saberlo y subirse al carro de los grandes operadores, nunca ir contra ellos. No se puede, somos pequeños y nos aplastarían', explica Andreas Ludwing, inversor intradía profesional. Entre un day trader que se gana la vida con esta actividad y un ludópata que pierde hasta la camisa hay una línea muy delgada. 'Hay que tener muy claro cuánto podemos perder. Si se sobrepasa este límite, debemos parar', advierte Ludwing.

En un momento como el actual en el que una parte de los inversores particulares están asustados y alejados del mercado y la otra está pillada a niveles muy altos, los day trader cobran cada vez más protagonismo en las operaciones intradía. En España hay cerca de 5.000 day traders, una cifra que aumenta cada mes, pero que aún está bastante alejada de la del país en el que surgió esta figura, EE UU, donde se calcula que un tercio de los inversores particulares opera intradía.

La popularización de Internet ha hecho más asequible el uso de herramientas de inversión a un mayor número de personas, permitiendo que inversores particulares puedan ejecutar órdenes en tres segundos desde su ordenador. 'Este fenómeno hace que no se pueda hablar de un perfil único de day trader. Se puede encontrar desde una persona joven, una en edad de jubilación e, incluso, matrimonios que se complementan a la hora de realizar las operaciones de compraventa. En algunos casos esta actividad es la única fuente de ingresos y en otros es un complemento', según Josep María Ros, director de marketing de Estubroker.

Los grandes beneficiados de la popularización de la figura del day traders son las firmas de Bolsa, que ven en ellos un cliente muy activo que deja importantes comisiones. 'La operativa intradía supone cada mes el 20% de nuestros ingresos por comisiones en renta variable nacional', explica David Gómez, responsable de Renta4.com. Muchos intermediarios electrónicos ofrecen tarifas especiales para las operaciones intradía, que en algunos casos llegan a ser de la mitad de las comisiones normales. Parte del dinero que utiliza un day trader para operar es propio y parte prestado. El apalancamiento es bastante normal en esta actividad. Dependiendo del cliente y del valor en que invierta, los intermediarios pueden permitir un apalancamiento de hasta cinco veces. Un inversor intradía necesita, según los expertos, 5.000 euros para comenzar a operar, y mueve de media en una sesión cerca de 90.150 euros.

Los errores a evitar en el intradía

 

Seguir a la masa

 

 

 

 

 

 

Elegir un sistema de

 

 

 

inversión que no se

 

 

 

adapte a su perfil

 

 

 

 

 

 

Olvidar la tendencia

 

 

 

 

 

 

Operar por obligación;

 

 

 

'estar por estar'.

 

 

 

 

 

 

Llevarse posiciones

 

 

 

a casa

 

 

 

 

 

 

Aguantar pérdidas y

 

 

 

cortar beneficios

 

 

 

Operar con valores

 

 

 

ilíquidos

 

 

 

 

 

 

Sobreapalancamiento

 

 

 

 

 

 

Incrementar posiciones

 

 

 

con el beneficio

 

 

 

 

 

 

Perder el control;

 

 

 

'buscar la revancha'.

 

 

 

 

 

 

No disponer de un

 

 

 

plan de negocio.

 

 

 

 

 

 

Olvidar la contabilidad

 

 

 

de las operaciones.

 

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