Los recelos sobre la sucesión de Duisenberg frenan el acuerdo para sustituir a Noyer
'El Consejo Europeo anterior a mayo de 2002 [el Consejo Extraordinario de Barcelona] tendrá que proceder a la elección de un nuevo miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo. Mi impresión es que no va a haber problemas políticos con esta cuestión'. Así de seguro se mostraba el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, el pasado 31 de diciembre en una entrevista concedida a este periódico.
Tres meses después, la presidencia española ha decidido excluir este punto del Consejo de Barcelona, lo que evidencia la falta de acuerdo de los Quince no tanto sobre la sustitución del francés Christian Noyer como vicepresidente del BCE, sino sobre el nombre y la nacionalidad del sustituto de Wim Duisenberg al frente de la entidad, algo que, según él mismo ha anunciado, hará en julio de 2003.
Noyer deberá dejar su cargo el próximo 31 de mayo y el Consejo de Barcelona será el último antes que expire ese plazo, pues las reuniones que tendrán los Quince antes de esa fecha serán cumbres bilaterales con Canadá y América Latina. El acuerdo se puede realizar por procedimiento escrito previo acuerdo del Ecofin y Rato se ha marcado ahora la fecha del próximo Ecofin informal de Oviedo (del 12 al 14 de abril) como objetivo para calmar los temores de Francia.
Con la marcha de Noyer, París se queda sin representante en el directorio del banco. Francia acepta que el sustituto de Noyer sea un representante de otro país (Grecia y Bélgica son los mejor posicionados) a condición de que el sustituto de Duisenberg, en julio de 2003, sea un francés. Pero exige garantías de que este pacto de caballeros, esta vez sí, se cumpla. En mayo de 1998, los Quince alcanzaron un acuerdo no escrito por el que Duisenberg dejaría la presidencia a François Trichet, entonces gobernador del Banco de Francia, en junio de 2002. Un pacto que no se ha cumplido.
Los equilibrios de poderes en el seno de la Unión se complican aún más. En mayo de 2003 habrá que buscar sustituto para la consejera finlandesa, Sirkka Hämäläinen.