_
_
_
_
Feria

La industria alimentaria vaticina una sólida expansión este año

La industria agroalimentaria española se muestra optimista respecto a la evolución de su negocio en este año, según ha quedado patente en la última edición de Alimentaria, que cerró ayer sus puertas en Barcelona. El certamen ha apostado por convertirse en la principal feria agroalimentaria europea dirigida a las pymes.

Alimentaria está lejos de ser la feria sectorial más grande de Europa -puesto que ocupa Anuga, que se celebra en la ciudad alemana de Colonia-, pero aspira a ser la más atractiva. En la edición clausurada el pasado viernes, la feria barcelonesa se ha consolidado como el gran certamen del negocio detallista.

'Si Anuga es la feria de las grandes compañías, nosotros somos la de las pequeñas, la de la diversidad y la variedad', explican fuentes de Alimentaria. La organización ha detectado este año un aumento de los distribuidores extranjeros que acuden a Barcelona en busca de nuevas referencias de productos para distinguirse en sus mercados locales. 'Nosotros buscamos productos singulares', indica un distribuidor de quesos francés.

En los últimos años se ha producido en Europa una concentración de la industria agroalimentaria en grandes grupos. Sin embargo, en España la mayor diversidad de productos ha crecido debido principalmente a la estructura autonómica y a los fondos europeos de desarrollo.

Pese a ese carácter detallista, todas las grandes empresas nacionales e internacionales que operan en España acuden a Alimentaria. 'Por venir no vendemos más, es una inversión en imagen, pero hay que estar para pulsar el estado de ánimo del sector', explicaron primeros ejecutivos de Bimbo, Freixenet o Heineken.

Para 2002, las perspectivas generales son buenas. Bimbo estima un crecimiento del 10%; el sector cervecero, del 2%, aunque Heineken quiere aumentar sus ventas un 3%, y Freixenet prevé una recuperación del mercado tras una campaña navideña que no ha alcanzado las cifras previstas.

Sin embargo, son las cooperativas y las pequeñas industrias locales las más beneficiadas y, por lo tanto, las que mayor optimismo irradian. 'En los últimos años hemos visto cómo empresas que acuden bajo el correspondiente pabellón autonómico luego en la edición siguiente solicitan un espacio propio'. Esta dinámica ha obligado a Alimentaria a reducir el tamaño de los puestos para dar cobijo a nuevos expositores y, seguramente, en la edición de 2004 la organización se verá obligada a utilizar el segundo recinto de Fira de Barcelona en Pedrosa. 'Las dimensiones del salón requieren un cambio de ropaje para ser más holgado', explicó el presidente de Alimentaria, Josep Lluís Bonet.

Ingresos de 13 millones

En esta edición, Alimentaria ha alquilado 82.641 metros cuadrados a 16,23 euros por metro, una superficie similar a la comercializada en el año 2000, lo que supuso unos ingresos de 13,41 millones de euros. Sin embargo, el número de expositores ha crecido en 200 participantes hasta situarse en 3.229 empresas, de las que 2.394 han sido españolas, y 885, internacionales.

El salón había recibido hasta el viernes una afluencia de 141.000 visitantes, lo que supone 20.000 más de los previstos en la apertura. Los visitantes extranjeros han sido el 16% del total, unos 22.500 (7.500 más que en la edición anterior). Por origen, el 80% procedió de Europa.

Sin embargo, en esta ocasión Alimentaria ha hecho hincapié en incrementar los contactos de empresas españolas y europeas con compradores latinoamericanos. Con este fin, un total de 100 expositores se entrevistaron con delegaciones de diversos países latinoamericanos.

La organización calcula que el gasto realizado por expositores y visitantes en Barcelona alcanzó los 90 millones de euros.

Archivado En

_
_