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Motor

Vuelven los clásicos del gran lujo

La reaparición de Maybach como alternativa a Rolls Royce y el nuevo Phaeton de VW animan el segmento más exclusivo

Crisis? ¿Qué crisis? Haberla la habrá, pero las marcas de automóviles no quieren hablar de ella en el Salón de Ginebra, el único certamen neutral del calendario del motor por no celebrarse en tierra de fabricantes. Si Detroit se dedicó en enero a hacer balance del año pasado, y de ahí su tono depresivo, en el salón suizo que se celebra hasta el próximo día 17 está permitido el glamour. Y como de combatir el pesimismo se trata, se ha visto el resurgir del gran lujo, la apuesta por productos sofisticados y elitistas. Esta tendencia recupera a los clásicos, nombres como Maybach, Bertley y Bugatti, que reviven el espíritu de los todavía felices primeros años treinta del siglo pasado; pero también permite la entrada de nuevos protagonistas, como Volkswagen, que con el Phaeton trata de encontrar hueco en el segmento más exigente, dominado por Mercedes, BMW y su propia filial Audi. Desaparecida hace 60 años, Maybach resucita de la mano de DaimlerChrysler. Del Maybach Saloon, expuesto en Ginebra y que saldrá a la venta en otoño, sólo se fabricarán 1.000 unidades al año, a un precio cercano a los 345.000 euros. Por ahora sólo unos pocos han depositado los 50.000 euros requeridos como anticipo para estar entre sus privilegiados usuarios. El coche, que utiliza un motor V12 que ofrece 550 caballos, se fabricará en Sindelfinger (Alemania), donde Mercedes produce la clase S. En su línea recuerda a ésta, pero la versión más corta de Maybach será más larga que el mayor de los Mercedes.

Con el Maybach, expuesto junto a su antepasado de los años treinta, DaimlerChrysler se ha adelantado al nuevo Rolls Royce que prepara BMW para principios de 2003, fecha a partir de la cual poseerá los derechos de ese clásico del automóvil, del que se desprende otro competidor alemán, Volkswagen. Este consorcio mantiene a su vez a Bentleys como marca selecta y seguirá produciendo sus modelos en la fábrica que compartía con Rolls en Crewe (Inglaterra).

Bentley enseñó en el salón ginebrino algunas de sus armas, como el Arnage R, una berlina de estilo retro con poderoso motor de 6,7 litros. Los nostálgicos pudieron observar también el Bugati EB 16.4 Veyron, un elegante deportivo con abundantes guiños a la historia, cuyos colores rojo y negro homenajean al clásico Ventoux de 1938 y que con sus 1.001 caballos presume de ofrecer prestaciones más propias de un coche de competición. Por su parte, Ferrari lanzó el 575 Maranello, una revisión del actual 550 que, además de la potencia, ha mejorado su diseño interior.

En cuanto a las marcas de prestigio más extendidas, a la vieja rivalidad entre BMW (que siguió luciendo su serie 7 en Ginebra) y Mercedes (que mostró su serie E, estrenada en Bruselas, e hizo debutar al CLK Coupé) pretenden sumarse otros fabricantes. Volkswagen ha sorprendido con su nuevo Phaeton, una apuesta arriesgada que desafía a su imagen tradicional (Volkswagen significa, en alemán, coches para el pueblo) y a su filial Audi. Phaeton es la primera incursión de este tipo de VW. En su versión de motor V12 de 3.3 litros y 420 caballos, con más de cinco metros de largo, ha recibido buenas críticas, aunque muchos duden de su éxito comercial. Fabricado en Dresden (Alemania), para este año se esperan vender unas 7.000 unidades y el objetivo es alcanzar en 2004 los 20.000, la mitad en el mercado estadounidense. La marca alemana ha justificado su oferta en la demanda de vehículos más avanzados por parte de actuales clientes -particulares o de empresa- del Passat. En todo caso, es un salto de gigante el que hay entre el Passat, una berlina de precio medio, y el Phaeton, que en su versión de 12 cilindros costará 98.600 euros, por encima del A8 de 3.3 litros, el BMW 745i y el Mercedes S 430, sus rivales más directos. Sin complejos por el reto de su matriz, Audi exhibió en Ginebra los nuevos RS6 Avant y Sedan, con motor biturbo de 450 caballos.

La carrera por presentar coches lo más lujosos posible en esta edición del Salón de Ginebra ha sido calificada de 'extravagancia' y 'competición de egos' por la influyente publicación especializada The Detroit News, una voz crítica que se pregunta si la industria debería preocuparse más de hacer coches para 'la gente real'. Quizá haya sido la crisis de los fabricantes generalistas la que haya vuelto la vista hacia el comprador más rico, al que no intimidan las recesiones. El presidente de BMW, Joachim Milberg, sostiene que las marcas de prestigio son 'inmunes' a la coyuntura y los buenos números ofrecidos por su empresa, por Porsche o por Mercedes Benz parecen darle la razón. En los próximos salones internacionales -París en septiembre- se comprobará si la apuesta por lo excesivo ha sido algo más que una moda pasajera.

El vehículo del futuro, con forma de monopatín

 

 

El coche del futuro no será más que una delgada plataforma sobre la que el cliente podrá colocar la carrocería que le convenga y cambiarla cuando lo desee, por ejemplo para convertir un habitáculo biplaza en familiar. Así lo han visto los ingenieros de General Motors y Opel, que han traído a Ginebra el ingenio llamado Autonomy. Sus creadores afirman que es el primer vehículo del mundo construido a partir de una pila de combustible -el sistema que consume hidrógeno- en vez de incorporar esa tecnología a vehículos de producción. En el chasis del Autonomy, una especie de monopatín con un grosor de sólo 15 centímetros, se encuentran las funciones esenciales del coche: la pila de combustible, el depósito de hidrógeno y motores eléctricos a las cuatro ruedas. Todas las funciones se controlarán electrónicamente, en vez de mecánicamente, a través de un puerto de conexión. El sistema, llamado 'mando por cable', libera a la carrocería de las restricciones de los coches actuales. Como no hay que construir el vehículo alrededor de un motor, las posibilidades de diseño quedan muy abiertas. El Autonomy no tiene motor de combustión interna ni ejes ni articulaciones de dirección, frenado o aceleración; ni necesita aceite o líquido de frenos. 'Lo único que se mueve además de los electrones, protones, agua y aire son las ruedas y la suspensión', dijo Richard Wagoner, presidente de GM. El Centro Global de Propulsiones Alternativas, creador del prototipo, cuenta con varios centros de investigación en EE UU y Alemania.

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