Las patentes alejan a Europa de EE UU
Bruselas quiere limitar la influencia de las patentes tecnológicas estadounidenses. Sólo IBM ingresó 1.700 millones por su cartera de propiedad intelectual en 2001
Cuando hace algunas semanas la contabilidad de IBM fue puesta en duda en los mercados financieros tras la presentación de los resultados de 2001, sus ejecutivos salieron rápidamente al paso. No querían más especulaciones. Se clarificarían las cuentas en numerosas áreas, ordenadores personales, servicios.... y patentes. Y esta última división no es una nimiedad. Según las cifras publicadas por la Oficina de Comercio y Patentes de EE UU, el gigante azul fue la empresa que más patentes registró el pasado año en todo el mundo con un total de 3.411 (un 12% más que en 2001), muy por encima de sus inmediatos seguidores en esa clasificación, las japonesas NEC y Canon.
Este liderazgo tiene su traducción inmediata en dinero. 'En 2001, los derechos de autor por el portfolio de la propiedad intelectual de la compañía ascendió a 1.700 millones de euros', afirma Jerry Rosenthal, vicepresidente de Licencias y Propiedad Intelectual de IBM. Si se aplicase una regla de tres en función de las patentes registradas por las 10 primeras firmas del mundo en este ámbito, este segmento habría movido unos 8.450 millones de euros durante 2001.
Aunque no es sólo una cuestión de dinero en sí. Las patentes en este sector se han convertido, según algunos observadores, en una de las claves del avance tecnológico y los Gobiernos lo saben. EE UU y Japón son los líderes y la Comisión Europea quiere acabar con esta tendencia. Reducir las diferencias. Por lo menos en las patentes de software. ¿De qué manera? 'En la actualidad hay 15 políticas diferentes en cuanto a las patentes', señalan fuentes de la Oficina Europea de Patentes en Viena, aunque insisten en que 'los Gobiernos ya trabajan en la coordinación de todas ellas y en lograr una estrategia común para todos los países integrantes de la unión'. En la misma dirección se han manifestado voces cercanas al Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero prevén que el proceso va a ser muy largo hasta lograr la armonización.
Armonizar leyes
Las intenciones de la Comisión Europea pasan por armonizar las leyes en un directiva. Además, la propuesta, realizada por el comisario de Mercados Internos, Frits Bolkestein, contempla diversas restricciones, que, afectarían sobre todo a las empresas estadounidenses. Su objetivo pasa por permitir sólo las patentes de software que de verdad sean un avance tecnológico y que por sí mismas faciliten el funcionamiento de una máquina. En definitiva, Bolkestein busca eliminar las protecciones sobre las patentes de aplicaciones para que estén disponibles para las empresas europeas así como reducir los periodos de explotación exclusiva de las mismas.
Con estas ideas, Bruselas parece haber recogido las tesis reflejadas en un informe del Ministerio de Economía y Tecnología alemán publicado el pasado mes de noviembre en el que se recomendaba que la exclusividad de muchas patentes que son legales en EE UU no sean aceptadas en Europa. Y argumentaba estas ideas en los peligros que para la industria tecnológica y las actividades de innovación y desarrollo del Viejo Continente supone la excesiva dependencia de EE UU.
El enfrentamiento acaba de empezar. Y algunas voces de intereses norteamericanos ya han manifestado sus protestas. La asociación empresarial Business Software Alliance (BSA), que agrupa a firmas como Apple, Dell, Compaq, Microsoft, Adobe, Novell o Intel, ha expresado su disconformidad. Sus directivos afirman que la nueva política de Bruselas supone un paso atrás además de un cambio radical de la estrategia aplicada durante los últimos tiempos por la Oficina Europea de Patentes. Según ellos, va también en contra de la propia política puesta en marcha por países como Reino Unido o Alemania en favor de la protección de las licencias.
Pero, de momento, muchas empresas norteamericanas y japonesas prefieren esperar. 'Queremos esperar a que todo se traduzca en una ley para dar nuestra opinión', señala un portavoz en EE UU de Micron Technology, la cuarta firma mundial en número de patentes el pasado año.
En EE UU, algunos ejecutivos han querido insistir en que respetarán la legislación sea cual sea, 'como hemos hecho hasta ahora'. Otras firmas han rechazado que se impongan restricciones por culpa de la nacionalidad en pleno avance de la globalización. Por ejemplo, Gustavo Martín, director de Desarrollo de Programas para Europa de la firma norteamericana Openwave, dedicada a las aplicaciones para telefonía móvil, afirma que, pese a ser una empresa estadounidense, gran parte de su actividad se realiza en Europa. Uno de sus principales centros está en Belfast. También los ejecutivos de IBM insisten en que sus patentes no son sólo de nacionalidad estadounidense, 'somos la firma no europea que más patentes tiene en Europa y la empresa no nipona que más patentes tiene registradas en ese país', señalan.
Lo cierto es que a estas alturas las posiciones entre Europa y EE UU se han distanciado. Y puede que todavía se alejen más. Aunque, la nueva legislación en el Viejo Continente aún no ha sido aprobada. Es posible que tarde meses, incluso años. Sobre todo si el conflicto acaba resolviéndose en la Organización Mundial del Comercio. Y es probable.
El Viejo Continente se queda descolgado
Un dato que parece preocupar a las autoridades europeas es la superioridad de EE UU y Japón en el número de registros de patentes tecnológicas. Las cifras son claras. Entre los 10 primeros grupos del mundo no hay ninguno del Viejo Continente. Todo se reduce a siete empresas japonesas, dos estadounidenses y una de Corea del Sur (Samsung Electronics).
Ahora bien, firmas niponas como Matsushita, Hitachi o Mitsubishi Electric han arrojado de los 10 primeros puestos de la clasificación a grupos norteamericanos como Motorola, Lucent o Hewlett-Packard (HP), asiduas a los primeros puestos del ranking.
En el caso de las dos primeras, la crisis del sector de los fabricantes de equipos de telecomunicaciones ha tenido efectos muy funestos. Aun así, Lucent, cuyas patentes provienen en su mayoría de los inventos del archifamoso laboratorio Bel Labs, vio como su cartera de propiedad intelectual supuso unos ingresos cercanos a 480 millones de euros el pasado año.
Todas las compañías parecen haberse dado cuenta de la importancia de las patentes. Para HP, el eslogan a seguir es 'Inventar'. También BT, que tiene bajo su exclusividad 14.000 patentes, ha reimpulsado esta actividad. Para ello ha incluido en su plantilla a un equipo de especialistas jurídicos además de contratar los servicios de la consultora ipValue, propiedad de Boston Consulting y los grupos de inversión Goldman Sachs y General Atlantic Partners.
La última gran polémica en torno a BT es el juicio por el llamado Hyperlink, tras la denuncia de la firma inglesa contra el proveedor estadounidense de Internet Prodigy, ahora propiedad de SBC. La operadora británica parece saber lo que se juega y quiere cobrar sus royalties por el uso de este servicio. Según algunas estimaciones, los derechos sobre sus patentes podrían proporcionarle unos intereses anuales de 120 millones de euros en los próximos seis ejercicios.