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Coyuntura

Italia cerró 2001 con un crecimiento de sólo el 1,8% y elevado déficit

El PIB de Italia se contrajo un 0,2% en el cuarto trimestre de 2001 y cerró el ejercicio con un crecimiento de sólo el 1,8%, frente al 2% previsto inicialmente por el Gobierno. Además, el déficit público alcanzó los 17.614 millones de euros, lo que supone un 1,4% del PIB, muy por encima del 1,1% que esperaba el gabinete de Silvio Berlusconi.

El Gobierno italiano achacó la contracción del crecimiento a la fuerte desaceleración de la demanda mundial, agravada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.

El Instituto Nacional de Estadística (Istat) italiano comunicó también ayer que los salarios brutos crecieron un 5,1% el año pasado y alcanzaron un pico del 5,9% en el sector de servicios.

Además hizo público un dato de IPC de febrero algo más moderado que el índice provisional presentado hace un par de semanas. Según el cálculo final del Istat, el IPC italiano subió cuatro décimas en febrero y la tasa interanual se colocó en el 2,5%.

Subieron sobre todo el transporte (debido al aumento en los precios del combustible), los medicamentos y los seguros de automóviles.

En Bruselas, la agencia Eurostat presentó también ayer datos de ventas al por menor que resultaron bastante pobres.

Las ventas minoristas de la zona euro cayeron seis décimas en diciembre respecto a noviembre, y el aumento interanual fue de sólo un 0,4%. Para el conjunto de la Unión Europea, el declive mensual fue de cuatro décimas y el aumento interanual, del 1,5%. El índice anual de comercio al por menor creció un 1,3% en la zona euro durante todo el ejercicio 2001 y un 2,2% en el bloque de los Quince.

Los países en los que más aumentaron las ventas fueron Irlanda (9,5%), Reino Unido y España (ambas con incrementos del 6,5%). El país que sufrió un mayor declive fue Alemania, con un descenso del 2,4%.

Las señales llegadas desde Francia tampoco son demasiado alentadoras. Según informó el Instituto de Estadística (Insee), la confianza de los consumidores galos cayó en febrero a niveles no vistos desde los atentados de septiembre, debido sobre todo a la creciente preocupación por el desempleo.

El índice de confianza se colocó -15, frente -12 de enero. Cualquier dato negativo indica que predominan las respuestas pesimistas.

El dato hizo que se reavive el temor a que los consumidores franceses moderen su nivel de consumo, con las consiguientes consecuencias negativas para el crecimiento económico. El pesimismo de los franceses dificultará la campaña del primer ministro socialista Lionel Jospin, que ha decidido disputar la presidencia de la república al neogaulista Jacques Chirac.

Elecciones

Jospin pensaba centrar buena parte de su campaña electoral en la fuerte mejora registrada en los indicadores de empleo (la tasa de paro cayó el pasado mes de junio al 8,7%, el nivel más bajo en 18 años). Pero el agravamiento de la crisis económica ha hecho que vuelva a repuntar el desempleo y la tasa está ahora en el 9%.

El empeoramiento del estado de ánimo de los ciudadanos contrasta con la mejora registrada en la confianza de los empresarios, tanto en Francia como en Italia y Alemania. Además, un sondeo de Reuters publicado ayer indica que el sector industrial de la zona euro ofrece por fin signos de mejora que indican que está a punto de salir de la recesión.

El índice francés mostraba el primer aumento en producción y pedidos desde principios del año pasado.

En Alemania, el índice de los gestores de compras elaborado por Reuters y BME mejoró en febrero por cuarto mes consecutivo, pasando de 44,3 a 47,3. Además, el índice de producción aumentó por primera vez en casi un año.

Según los autores del informe, 'la mejora de febrero refleja sobre todo un aumento marginal de la producción manufacturera, la primera desde mayo de 2001, y una reducción significativa en el nivel de contracción de los nuevos pedidos'.

Los datos publicados el miércoles por el Gobierno alemán indican que la mayor economía de la eurozona entró en recesión durante el último trimestre del año. Pero los economistas sondeados por Reuters el miércoles pasado apostaban porque el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá sin cambios los tipos de interés en la reunión del 7 de marzo debido a los tímidos signos de mejora y al temor a que se produzca un repunte de la inflación.

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