Linasa
Quién le iba a decir en 1955 a Aquilino Pérez Ibáñez, cuando creó su fábrica de jabones en Murcia, que con el cambio de siglo acabaría montando otra fábrica de detergentes y suavizantes en la República Checa, país entonces inexistente y situado más allá del telón de acero. Y es que la vida da muchas vueltas. Tantas como las que está dando en su expansión la empresa murciana Linasa que, con casi 50 años de vida, cuenta con otra planta en Argelia.
Ubicada en Las Torres de Cotillas, localidad cercana a Murcia, Linasa forma en la actualidad un grupo empresarial cuya actividad se centra en la fabricación de productos para la limpieza del hogar. Muchos de ellos los vende con marcas propias, como Alín y Lina, aunque la mayoría de su producción la comercializa a través de las grandes superficies y bajo las marcas de los distribuidores, las llamadas marcas blancas. Una actividad con la que alcanzó una facturación de 51 millones de euros el año pasado.
Diversificación
Con el tiempo, este grupo industrial, ha incrementado y diversificado su producción. Además de las instalaciones centrales de Murcia, Linasa cuenta con una fábrica de lejía en Antequera (Málaga) y una tercera, inaugurada en 1999, en Argel, donde envasa detergentes en polvo y que le sirve de base logística para distribuir sus productos en el país magrebí. Su última experiencia internacional ha sido la implantación definitiva en la República Checa, tras una larga experiencia de intercambios comerciales.
'Si decidimos establecernos en este país fue porque conocíamos muy bien el mercado checo. Llevábamos años vendiendo en el país, contábamos con una red de agentes comerciales y muy buenos contactos, y la facturación era elevada en relación a otros países de la zona', cuenta Javier Rodríguez, portavoz de Linasa.
Otro factor decisivo para la elección de la República Checa fue su situación geográfica, en el corazón de Europa del Este. 'Se encuentra en un lugar idóneo entre Polonia, Alemania, Hungría... fabricamos para satisfacer la demanda interna del país, pero también para ganar cuota de mercado en los países vecinos', dice Rodríguez.
La nueva fábrica, inaugurada en el verano de 2000, se ubica en un pueblecito llamado Cesce Velenice, situado cerca de la ciudad cervecera de Cesce Budejovice. Los trabajos de instalación y montaje se iniciaron en 1999 y duraron dos años. La inversión inicial fue de 1,8 millones de euros y contó con el apoyo financiero de la Compañía Española de Financiación al Desarrollo (Cofides). En la actualidad da empleo a 21 personas.
'Se trata de un proyecto propio que hemos emprendido en solitario y en el que preferimos no contar con el apoyo de un socio local, a pesar de las indudables ventajas que nos podía aporta su experiencia, y buscar la ayuda financiera de Cofides', aclara Rodríguez.
El mercado checo 'no presenta mayores dificultades' para los inversores extranjeros, según declara el directivo. 'Aunque tampoco ofrece grandes facilidades o ayudas para quienes se quieren instalar allí, sencillamente porque no existe. No obstante, las inversiones son atractivas por lo competitivas que resultan, tanto por el precio del suelo como por lo cualificado de la mano de obra como por el bajo coste que tiene'. El pasado ejercicio fue el primero en el que la nueva empresa tuvo ventas, alcanzando una facturación de 37 millones de coronas (1.081.821 euros). 'Ahora que la actividad está casi al cien por cien, las previsiones de facturación para este año apuntan a cifras cercanas a los dos millones de euros', concluye Rodríguez.
Linasa CZ, que es como se apellida la sociedad checa, mantiene tres líneas de productos: suavizantes para la ropa, lavavajillas y cosméticos, entre los que se encuentran geles, champús y cremas para el cuerpo y el pelo.