Cataluña instalará dos nuevas desaladoras ante la escasez de agua
Cataluña contará con dos nuevas plantas de potabilización de agua salada, una de ellas en el área metropolitana de Barcelona, que se sumarán a la que actualmente se construye en Blanes (Girona). Las tres instalaciones potabilizarán cerca de 50 hectómetros cúbicos de agua salada al año. El coste para cada una de las plantas se sitúa entre 60 millones y 70 millones de euros.
La comunidad catalana registra anualmente un déficit hídrico de 350 hectómetros cúbicos, de los que 50 hectómetros se paliarán a través de plantas desaladoras de agua, según estimaciones del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña.
Para solventar la falta de recursos hídricos, el titular de Medio Ambiente Catalán, Ramón Espadaler, ha anunciado la construcción de dos nuevas plantas de tratamiento de agua salada que se sumarán a la desaladora que se construye en Blanes (Girona) desde el pasado mes de diciembre.
La ubicación exacta de la segunda desaladora, que se localizará en el área metropolitana y tendrá una capacidad de tratamiento de 20 hectómetros cúbico al año (57 millones de litros al día), se dará a conocer en las próximas semanas. La instalación se licitará antes del verano y entrará en funcionamiento a finales de 2003. El Departamento de Medio Ambiente también planea construir una tercera instalación, que podría instalarse en la comarca de Maresme (Barcelona).
El Departamento de Medio Ambiente estudia tres posibles emplazamientos para ubicar la segunda desaladora. La primera alternativa es localizarla entre el puerto de Barcelona y la actual desembocadura del río Llobregat. Una segunda posibilidad es situar la planta en la zona de la futura desembocadura de este río. La última de las opciones es ubicar la instalación en la localidad de Castelldefels.
Cada una de las plantas, que requiere una inversión que oscila entre 60 y 70 millones de euros, tiene dos posibles vías de financiación: mediante fondos de cohesión europeos, que pueden aportar hasta el 85% del coste, o a través de los Presupuestos Generales del Estado, que podrían hacerse cargo de todo el proyecto.
Demanda urbana
El hecho de que Barcelona sea la zona que concentra el mayor demanda de agua y la facilidad de conexión con la red de distribución son las razones principales por las que la Agencia Catalana del Agua, organismo que depende de Medio Ambiente, ha optado por una ubicación cercana a la Ciudad Condal. 'La decisión final obedecerá a factores geológicos, ambientales y urbanísticos', según asegura Espadaler. La capacidad de potabilización de la planta de Barcelona podrá ampliarse en un futuro, y tratar 40 hectómetros cúbicos al año.
El sistema utilizado para llevar a cabo la captación del agua también influirá para decidir su futura ubicación. Los técnicos de la Agencia Catalana del Agua estudian si la futura planta captará el agua salada a través de pozos situados cerca del mar o por captación directa del agua del mar. Si se utiliza la técnica que llevará a cabo la desaladora de Blanes, a través de captación directa, el agua se tomará del mar o del acuífero más próximo, se le quitará la sal (ósmosis inversa) y se mezclará con los caudales de la planta potabilizadora de Sant Joan Despí.
El Departamento de Medio Ambiente catalán licitará antes de final de año la tercera planta y anunciará una posible ampliación de la planta de Blanes, que cuenta con una capacidad de tratamiento de 10 hectómetros cúbicos y entrará en funcionamiento el próximo mes de junio.