La precampaña neutraliza el pacto que limita el gasto electoral
Apenas un año después de firmarse, el acuerdo alcanzado entre los partidos políticos catalanes para limitar el gasto electoral está a punto de convertirse en papel mojado. Las dos principales formaciones políticas, CiU y PSC, no han tenido reparos en ignorar su existencia y meterse de lleno en una precampaña electoral que, si Jordi Pujol no decide lo contrario, puede llegar a durar casi dos años.
El primero en dar la alarma fue el presidente de la Cámara autonómica, Joan Rigol, alma máter del acuerdo, en vísperas del lanzamiento mediático del sucesor de Pujol, Artur Mas, hace un par de semanas. El acto de presentación oficial del candidato había sido anunciado con 800 banderolas en las principales ciudades del área metropolitana de Barcelona y el PSC decidió responder repartiendo 40.000 octavillas en los alrededores de la sede de la Generalitat. El lema no era otro que Desconfianza, deuda, desgobierno, y la propuesta, como en toda campaña que se precie, un relevo en el Gobierno. El PSC aseguraba haber actuado en legítima defensa y CiU defendía su derecho a anunciar un acto de partido, afirmando que el primero en iniciar la carrera fue Pasqual Maragall con su moción de censura.
El acuerdo de transparencia y autolimitación de gastos electorales y de financiación de los partidos políticos, suscrito en febrero de 2000 por todas las formaciones catalanas con representación parlamentaria, contiene el compromiso genérico de ¢limitación de gastos electorales y preelectorales¢, pero no especifica cuánto y cuándo se deben moderar.
El acuerdo establece que las medidas concretas deben ser adoptadas por un grupo de trabajo que se debe crear cinco días después de la publicación de una convocatoria de elecciones. Nadie pensó en una precampaña de dos años de duración.
Sindicatura de Cuentas
Además de la ambigüedad de su redacción, el acuerdo ha chocado con la paralización de la Sindicatura de Cuentas. Según el pacto, este organismo fiscalizador debería ser el encargado de controlar los presupuestos de los partidos, pero, de momento, se ha acordado aplazar la presentación de las cuentas hasta dentro de unos meses. La Sindicatura de Cuentas lleva casi un año sin presidente porque los síndicos no se ponen de acuerdo en la elección del mismo.
Mas continúa promocionándose desde la plataforma que le proporciona el Gobierno. Según datos proporcionados por la Generalitat con motivo de su lanzamiento como candidato, ha visitado en un año el tiempo que lleva ejerciendo como número dos de Pujol 32 de las 41 comarcas catalanas y ha protagonizado un total de 402 actos institucionales.