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Telefonía móvil

GPRS, a la conquista del mercado empresarial

Los operadores en España concuerdan en que todavía es pronto para cuantificar su implantación en el mercado. Para Telefónica Móviles supone el 13% de los ingresos

Dos de los gigantes del negocio de la telefonía móvil, Nokia y Motorola, anunciaron la semana pasada que las ventas de dispositivos GPRS (General Packet Radio Services) han sido más lentas de lo esperado. A su vez, Kurt Hellstrom, consejero delegado de Ericsson, declaró a The Wall Street Journal que 'en el segundo semestre del año pasado dijimos que el GPRS se recuperaría, pero no sucedió de la forma en que habíamos pensado'. Hellstrom calcula que menos de la mitad de los nuevos móviles vendidos en todo el mundo están adaptados a la nueva tecnología, lo que indica la falta de interés por parte de los consumidores.

En Europa la distribución ya acumula un año de retraso respecto a las primeras previsiones. En parte se debe a que los fabricantes no comenzaron a entregar cantidades significativas de teléfonos GPRS hasta el último trimestre de 2001. Y el retraso habría convencido a los operadores de la falta de necesidad de acelerar la construcción de redes de tercera generación de mayor capacidad que las actuales.

De momento, da la sensación de que la historia vivida con el fracaso de la tecnología WAP (proveedora de servicios de Internet a través del móvil) se repite, pero los expertos piden tiempo para un sistema cuyo máximo partido puede ser sacado por las empresas.

Dado el desconocimiento existente en el mercado poco antes de que fueran lanzadas las campañas de los servicios GPRS parece que la implantación masiva de esta tecnología dependerá, en definitiva, de la capacidad del sector de telecomunicaciones para informar y convencer de sus beneficios a los potenciales usuarios.

Los operadores concuerdan en que todavía es pronto para cuantificar su penetración en el mercado español. De los tres en pugna -Airtel, Amena y Telefónica Móviles, ya que Xfera no explota esta tecnología de momento- Telefónica apunta los primeros datos: 'Nuestra inversión para poner en marcha la tecnología GPRS en enero de 2001 fue de 14.000 millones de pesetas y concluimos el año con unos 50.000 clientes'. Las mismas fuentes son reacias a desglosar cuántas líneas pertenecen a empresas y cuántas a particulares, aunque en esta primera etapa priman, esencialmente, las primeras. 'Aunque es pronto para hablar de la nueva tecnología como una fuente importante de ingresos de nuestro negocio, sin duda lo será en breve y no sólo los GPRS sino todo lo vinculado a la transmisión de datos', cita Telefónica. Para esta compañía los servicios de GPRS ya suponen alrededor del 13% de los ingresos. 'Esperamos que signifiquen el 30% de nuestra facturación en 2005, según los objetivos establecidos', concluyen.

En el mismo sentido se pronuncian fuentes de Amena, quienes señalan que 'se están consolidando con gran éxito entre nuestra cartera de clientes; en estos momentos, los abonados a los servicios basados en GPRS superan ampliamente las 1.000 empresas'.

También en Vodafone las declaraciones van en el mismo sentido. Sus portavoces aseguran que GPRS irá cobrando una progresiva importancia 'no sólo por las ventajas que suponen para nuestros clientes, sino porque estratégicamente es decisivo para la compañía ofrecer nuevos servicios multimedia y de tercera generación'. Por todo, parece claro que los principales beneficiarios y usuarios de esta tecnología son en primer término las empresas, seguidas por profesionales y particulares.

La mayor ventaja de GPRS en la comunicación empresarial es la movilidad de Internet, lo que facilita el trabajo de los equipos que operan a cierta distancia. Así, profesionales de mantenimiento, supervisión, reparto o comerciales pueden acceder a los estados de pedido, catálogos o información del cliente. GPRS también facilita la comunicación permanente con los vehículos de transporte, la asignación dinámica de rutas, la información de trayectos, etcétera. En definitiva, operaciones que aumentan la calidad del servicio, el control de costes y la productividad.

El estudio GPRS: la nueva generación de telefonía móvil, publicado por Havet Interactive en noviembre de 2001 ante la inminente aparición de la tecnología inalámbrica, señalaba que el 34% de las grandes empresas europeas tenían implantadas soluciones y aplicaciones relacionadas con los datos móviles.

Sin embargo, el 53% de las compañías encuestadas no contaban con planes para hacerlo. 'El verdadero problema para operadores y fabricantes', apuntaba el estudio, 'es que el tejido empresarial, el usuario más rentable de GPRS, el que más beneficio puede obtener de la nueva tecnología, todavía no sabe qué puede ganar con ella'.

Más aun, sólo un 3% de los 500 millones de usuarios de móviles GSM se conectaba a la red. En España, un 71% de la población desconocía lo que significaba la tecnología GPRS, a lo que se sumaba la desconfianza que había provocado WAP, especialmente en los entornos empresariales.

WAP significaba el inicio de los servicios móviles de datos, la primera relación entre Internet y la telefonía móvil, pero, en opinión de Havet, no tuvo el éxito esperado -sólo el 3% de los usuarios encuestados utilizaba aplicaciones WAP- debido a su ineficiencia, lentitud y precio. Sin embargo, GPRS 'cambiará la situación al emplear otro método para la transmisión de datos mucho más rápido, eficiente y rentable, a la par que abre las puertas a otro tipo de servicios de valor añadido imposibles de suministrar anteriormente'.

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