S&P y Moody's rebajan la calificación de los principales bancos japoneses
Las dos mayores agencias de calificación, Moody's y Standard & Poor's, rebajaron ayer la calificación de los principales bancos japoneses alegando el riesgo creciente de una crisis financiera, provocado, sobre todo, por el aumento de los créditos impagados que acumulan y la caída de la Bolsa. El índice Nikkei marcó ayer un récord en más de 18 años al caer un 1,62% y situarse en 9.475,60 puntos, nivel no conocido desde diciembre de 1985.
S&P rebajó la calificación de los siete principales bancos y dejó a todos en revisión negativa, reflejando 'la preocupación de que la calidad de los activos de los bancos se deteriorará'. Las siete entidades fueron Dai-Ichi Kangyo, Fuji, Industrial Bank of Japan y Yashuda -todos miembros de Mizuho Holdings-, Sumitomo Mitsui, UFJ Bank y el Banco de Tokio-Mitsubishi.
La agencia Moody's degradó la calificación de los depósitos del banco Asahi, aunque mantuvo su opinión sobre la fusión de éste con Daiwa. Ambos bancos, no obstante, quedaron bajo revisión negativa, situación en la que puso también a las siete principales aseguradoras.
'Como los participantes en el mercado se vuelven más sensibles a los riesgos de los créditos, cada vez es más difícil para las compañías financieramente débiles conseguir fondos, lo que podría aumentar las quiebras de empresas e instituciones financieras', afirma S&P.
Los créditos impagados de la banca alcanzaron a finales de septiembre 36,8 billones de yenes (320.000 millones de euros), 3,1 billones más que al comienzo del año fiscal, en marzo de 2001.
S&P recomendó que el Gobierno proteja a los bancos utilizando un fondo para crisis. A finales de marzo expira la garantía total de los depósitos respaldada por el Gobierno, pero éste se resiste a declarar una crisis, condición indispensable para aprobar ayudas a la banca. Los analistas temen que la declaración de crisis no se produzca hasta después de abril, cuando la situación haya empeorado demasiado.
'No creo que necesitemos considerar inyecciones de capital público por ahora (...) El primer ministro también piensa eso; no es una situación de crisis', afirmó ayer el ministro de Comercio, Takeo Hiranuma.
Junichiro Koizumi, que llegó al poder como abanderado de las reformas, ha sido criticado por su indecisión en acometer los cambios anunciados. Además, pesa sobre él una acusada caída de su popularidad, que ha pasado del 70% al 50% por la expulsión de su Gobierno de la ministra de Exteriores, Makiko Tanaka, la semana pasada.
Pesimismo en el horizonte
Las perspectivas de que la economía salga de la recesión son escasas. El índice de los indicadores adelantados, que mide el pulso económico del país, subió en diciembre a 30, en una escala del 1 al 100, muy por debajo aún del nivel de 50 que separa la recesión del crecimiento. Es el séptimo mes consecutivo que el índice se sitúa por debajo de ese ecuador. 'No hay ni un rastro de buenas noticias', afirmó Hirokazu Yuihama, analista del instituto de investigación de Daiwa.