Nueve cajas de ahorros cambiaron de máximo responsable el año pasado
Una decena de cajas de ahorros han cambiado de presidente o director general durante el último año. En la mayoría de los casos los relevos tienen que ver con motivos políticos, lo que pone en evidencia cómo influyen los partidos en la gestión de las cajas de ahorros.
Pese al acuerdo general respecto a la necesidad de profesionalizar las cajas de ahorros, motivo que inspira muchas de las medidas de la Ley Financiera, la lista de destituciones y relevos de directores generales y presidentes de cajas de ahorros sigue creciendo, en la mayoría de los casos, abultada por motivos políticos.
La renuncia de Miguel Capellá a la presidencia de Sa Nostra, como consecuencia de la división interna en el consejo de administración de la entidad, ha sido el primer acontecimiento de este tipo en 2002. Seguramente, no será el único.
El pasado fue un año cargado de episodios de conflicto de poder en las cajas. Empezó con la sustitución de Juan Antonio Gisbert como director general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), salida con la que el presidente valenciano, Eduardo Zaplana, trataba de despejar el cambio para la fusión entre las dos grandes cajas regionales.
También a principios de 2001 se conoció la destitución de Eugenio Mambrilla como director general de la Insular de Canarias, sólo 18 meses después de que un pacto político le situara en el cargo, tras la salida del anterior presidente, Manuel Lezcano, y del director general, Juan Francisco García. El propio Mambrilla explicó su destitución como resultado de una operación política. El mismo argumento que justificó meses más tarde la salida del presidente, Ángel Luis Sánchez Bolaños, quien llegó a la entidad con el propósito de 'despolitizarla'.
También el año pasado fue el de la salida Juan José Grávalos, uno de los históricos del sector después de 15 años como director general de la CAI, aunque el motivo en este caso fue su jubilación.
Pero han sido, sobre todo, meses de cambios en las cajas andaluzas. La batalla por el control de las cajas sevillanas se saldó con una victoria de las tesis de la Junta y un tormentoso proceso de renovación de cargos, con la salida de Isidoro Beneroso, de El Monte, sustituido por José María Bueno, y de Juan Manuel López Benjumea, de San Fernando, sustituido por Alfredo Pérez Cano.
Un pacto político motivó también la destitución de Julio Rodríguez de la presidencia de La General de Granada, un año antes de finalizar su mandato, y su sustitución por Antonio Claret García. También hubo cambios en Caja Jaén como consecuencia de la jubilación de Francisco Tudela, a quien sustituye José Antonio Arcos Moya, y en la dirección general de Caja Sur. El hecho es que cuatro de los seis presidentes de las cajas andaluzas son recién llegados, tras la renovación de cargos impuesta por la ley andaluza.
Precisamente con el fin de sustraer a los gestores de estas entidades de los vaivenes propios de la dinámica política, la Ley Financiera consagrará el principio de irrevocabilidad del nombramiento de los miembros de los órganos rectores de las cajas.
Con este principio, trata de complementar la limitación al 50% de la representación pública en los consejos y asambleas, una medida que se presume polémica ante la resistencia de algunos Gobiernos autonómicos.
Este y otros asuntos centrarán hoy las jornadas parlamentarias organizadas por el PSOE para debatir sobre el sector, jornadas que, seguramente, caldearán aún más el ambiente.
Vicente Sala sigue al frente de la CAM
Vicente Sala fue reelegido ayer presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en la asamblea de la entidad en la que se renovaron la mitad de los componente de los órganos de gobierno. La asamblea transcurrió sin sorpresas, ya que se presentaron candidaturas consensuadas por parte de los distintos grupos representados, por lo que no fue necesario que celebrasen votaciones.
El único punto conflictivo del proceso de renovación de cargos en la CAM fue el ocasionado por el rechazo de los representantes de la Región de Murcia al vicepresidente primero, a la par que presidente del consejo territorial de la entidad en aquella comunidad, Francisco Javier Guillamón.
Tanto el Gobierno de Murcia como los sectores empresariales habían solicitado la renuncia de Guillamón, que contaba con el apoyo de Eduardo Zaplana.
Finalmente, Guillamón anunció que dimitirá próximamente, pero de momento ayer fue reelegido. Los sectores murcianos confiaron en que el vicepresidente cumpla en breve con su palabra y abandone su cargo.