Cascos claudica en su intento de que el congreso del PP debata la sucesión
La apertura del XIV Congreso del PP estuvo marcada ayer, en contra del deseo de José María Aznar, por su compromiso de despedida. Sin embargo, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, no logró abrir formalmente el debate sucesorio al aceptar anoche la transacción de las enmiendas en las que proponía incorporar a los estatutos la limitación de mandatos del presidente del Gobierno.
El PP abrió ayer en Madrid su XIV Congreso en la cresta de la ola: gobierna en nueve comunidades autónomas, dispone de casi 3.800 alcaldes, 25.000 concejales y 184 diputados nacionales. Sin embargo, al guión oficial marcado por la dirección para este cónclave se impuso ayer el debate soterrado sobre la sucesión de José María Aznar, que no pudo abrir de manera formal el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, al aceptar una transacción a sus enmiendas. En ellas proponía la limitación del mandato del presidente del Gobierno a ocho años, con la posibilidad de prórroga en caso de que se convoquen elecciones anticipadas o así lo decida el máximo órgano de gobierno del PP.
Finalmente, sólo se admitió la posibilidad de que la limitación de mandatos quede reflejada en el futuro en los estatutos si así se decidiera en un futuro congreso. Como no hubo votación no puede hablarse de forma estricta de fracaso de Cascos, sobre todo si se tiene en cuenta que se ha convertido, sin ser invitado a ello, en una de las estrellas del encuentro.
Las próximas elecciones
Durante la discusión de estas enmiendas, Cascos pidió al PP que pensara más en las próximas elecciones generales, difíciles de ganar, dijo, más que en el propio congreso.
El primero en aludir de forma implícita a este contencioso fue el valenciano Eduardo Zaplana, quien ejerce como presidente del congreso. Zaplana pidió a su partido que encare el futuro relevo de Aznar en el cartel electoral sin 'nostalgias ni temores'. Lo hizo ante los 3.156 delegados que representan a más de 600.000 militantes.
Asimismo, elogió el compromiso de Aznar de no concurrir a un nuevo mandato. Si en el PP se abriera paso por ello a la nostalgia y los temores 'comenzaría nuestro declive', añadió el presidente valenciano, para quien no es hora de 'reivindicar el pasado' sino de asomarse a la política 'con mentalidad de ganador y de eventual. Y en eso Aznar da lecciones'. Zaplana remató su discurso advirtiendo que en el PP no hay discriminaciones ni tampoco se persigue a 'los discrepantes'.
El secretario general del partido, Javier Arenas, optó por aludir de refilón al debate sucesorio. Después de mencionar en medio de grandes ovaciones la tarea de los tres vicesecretarios generales -Mariano Rajoy, Jaime Mayor Oreja y Rodrigo Rato-, se dirigió a Aznar para recordarle la apuesta generalizada que hay dentro del partido a favor de su continuidad en el cartel electoral y también para negar, al mismo tiempo, que en el PP exista un 'hiperliderazgo'. En ninguna de las menciones de honor que realizó Arenas figuró el nombre de Francisco Álvarez-Cascos, su predecesor en el cargo.
Entre las 'grandes verdades' que Arenas destacó de este periodo figura la pérdida de ideología por parte de la sociedad española, que ya no es 'ni de izquierda ni de derecha' sino 'libre'. Otro de los hitos es, en su opinión, la desaparición de la corrupción.
En el congreso, se proyectó un vídeo dedicado a las víctimas del terrorismo, con imágenes de los concejales del PP asesinados por ETA. Aznar entregó a la ex presidenta del Parlamento Europeo Nicole Fontaine la medalla del partido, por haber ayudado a concienciar al resto de los países europeos de este problema.
Un hijo de Adolfo Suárez aspira al comité ejecutivo
Aznar llegó media hora tarde al congreso e hizo su aparición en el plenario interrumpiendo el discurso del secretario de Organización, Pío García Escudero, en medio de grandes aplausos. Ayer tarde aún no había comunicado a los pesos pesados del PP la lista completa de la nueva Ejecutiva, en la que ha venido trabajando en los últimos días junto a Javier Arenas.
Entre los delegados se daba ayer por hecho el aupamiento al comité ejecutivo de Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente del Gobierno, una de las personas a quien Aznar quiere promocionar una vez iniciada la cuenta atrás de su retirada.
Entre los delegados también se barajó el nombre de Vicente Martínez Pujalte como firme candidato a entrar en la dirección del PP. Pujalte es en la actualidad portavoz de Economía en el Grupo Parlamentario Popular y como tal actuó en total sincronía con el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, a lo largo de la ofensiva del PSOE en el caso Gescartera.
La ministra de Educación, Pilar del Castillo, es otro de los nombres que circulaba anoche como nuevo miembro de la dirección. En compañía del secretario de Administración Territorial, Gabriel Elorriaga, ha redactado la ponencia El Estado en el siglo XXI, sometida este fin de semana a debate. Elorriaga también se citaba anoche como miembro del comité ejecutivo.
La nueva dirección podría sufrir retoques tras la presidencia comunitaria si Aznar se decide por remodelar el Gobierno.