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Innovación

Paella en un microondas inglés

Productos Machi populariza el plato español en otros países como comida rápida

Francisco Machín fue uno de tantos emigrantes españoles que en la posguerra tuvieron que salir al extranjero para ganarse la vida. Su caso cumple tanto con el estereotipo que también él, como la mayoría, tuvo como destino Alemania, país en el que pronto encontró trabajo en una cadena de artículos de alimentación ultracongelados.

La prueba de que aprendió ejerciendo su oficio es que actualmente preside Productos Machi, una empresa radicada en Córdoba que facturó más de 15,6 millones de euros (2.600 millones de pesetas) el año pasado y es uno de los fabricantes líderes nacionales de productos ultracongelados y precocinados cuyo destino son las principales cadenas de distribución alimentaria que operan en España y muchos otros países. Como marca blanca, los productos de Machi se sirven al público en los principales restaurantes de comida rápida de España y también en cadenas de productos congelados. Con las marcas propias Kromachi y Aldemar exporta un 10% de su facturación a países como Francia o Reino Unido.

Machín fue el primero en introducir en España esta forma de alimentación, hasta entonces casi exclusiva de países anglosajones o centroeuropeos muy apartados de la mentalidad española del momento.

Ultracongelados al estilo andaluz

Cuando regresó a España comenzó a madurar la idea de suministrar productos precocinados y ultracongelados en los numerosos establecimientos de restauración que brotaban en España al calor de la apertura desarrollista de los años sesenta. Corría el año 1969 cuando su idea tomó cuerpo: trataría de traducir el concepto del ultracongelado al estilo culinario andaluz y español que demandaban los turistas y por tanto los restaurantes, hoteles y bares de la región. Comenzó con el flamenquín cordobés (un rollo de carne picada envuelta en una loncha de jamón york y rebozado) que ofrecía a los establecimientos hosteleros terminado y listo para freír. La producción era siempre artesanal y puerta por puerta en esta época hasta que en 1973 se ve obligado por la fuerte demanda a abrir la primera fábrica de platos precocinados de Andalucía.

En 1977 se ve obligado a abrir una nueva fábrica de 3.000 metros cuadrados y dos años más tarde nace la sociedad anónima Productos Machi, con un capital social de 190 millones de pesetas repartido entre tres hermanos Machín.

Paralelamente a este proceso, la lista de productos y platos precocinados al estilo andaluz y español en general iba creciendo: calamares a la romana, gambas rebozadas, sanjacobos, croquetas, y así otros muchos hasta llegar al que puede considerarse el producto estrella: la paella precocinada para microondas, que puede meterse en el aparato directamente con caja incluida. El consumidor puede encontrarla en las versiones de mariscos, vegetales, mixta, de pollo y pescado. El producto estaba pensado exclusivamente para la exportación, algo que Francisco Machín tiene muy claro: 'En España la paella la hacemos los domingos en el campo y con los amigos', afirma para dejar claro que su gran invento no es un plato fuerte en España ni pretende serlo. De hecho donde la competencia es fuerte es en zonas como México o Puerto Rico, países donde las estanterías de los supermercados ofrecen al menos cinco marcas más de paella para microondas, si bien algunas versiones no son integrales sino que ofrecen los elementos como una adición de latas, bolsas y condimentos que el usuario debe mezclar para obtener su paella. 'La mía se mete tal cual con su caja y todo en el microondas y a comer', se jacta Francisco Machín mientras enseña los envases de las paellas rivales adquiridas en sus viajes por los mercados exteriores.

Productos Machi se ha abierto un hueco en el exterior que alcanza un 10% de su facturación. El primer mercado fue Puerto Rico, donde introdujo en 1982 el pescado congelado, principalmente las frituras andaluzas en adobo. La paella hizo su estreno con presentación en ferias alimentarias incluida, en 1993 en Nueva York. Fue una de las estrellas de la edición de la feria dedicada a productos de la dieta mediterránea. De ahí extendió su presencia a Boston y Miami, pero este mercado se ha perdido por el momento debido a las fuertes restricciones de la política de importaciones alimentarias de este país. México, Francia y Reino Unido siguen siendo sus mercados fuertes.

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El producto ultracongelado es de difícil exportación debido al alto coste de un traslado que exige que el producto no rompa nunca la cadena de frío. Cuando Machín adquiere paellas rivales en países lejanos siempre tiene que pasar por el mismo 'apuro': pedirle a los cocineros del hotel que le hagan una paella al microondas que ha comprado en un supermercado. 'Al principio me miran con mala cara pero enseguida comprenden cuando les explico a qué me dedico. Mi única forma de confrontar el sabor de la competencia es consumir el producto directamente en el lugar en que lo compro', cuenta.

 

 

 

 

 

 

 

Así y con miles de kilómetros de carretera a sus espaldas levantó Machín un negocio que fabrica más de 6.000 toneladas al año de productos precocinados y ultracongelados, de las que el 38,72% son productos cárnicos y el 61,28% en compuestos de pescado. De éstos son los calamares la materia prima más usada, con el 31,8%, mientras que para carnes se usan sobre todo los flamenquines.

 

 

 

En cuanto a los canales de distribución, algo menos del 34% de los productos usa los canales tradicionales pero destaca el crecimiento de las grandes superficies que han pasado de un 9,8% en 2000 a un 12,5% en 2001. Los supermercados suponen un 15,6% en el uso de los canales de distribución.

 

 

 

Productos Machi cuenta hoy con una fábrica dotada de moderna maquinaria, como los túneles de congelación con capacidad de hasta 1.200 kilos por hora. La instalación, de 10.600 metros cuadrados construidos, dispone de laboratorios manejados por un equipo especializado de I+D.

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