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La teleoperadora de banda ancha Alúa suspende pagos

La operadora de telecomunicaciones Alúa, que instaló en España la primera red local por señales ópticas sin hilos, ha suspendido pagos. La compañía no ha podido realizar una ampliación de capital de entre 15 y 20 millones de euros prevista para finales de 2001 con el fin de poder llevar a cabo su proyecto de negocio.

Alúa, que ha pagado a sus proveedores hasta el pasado 18 de diciembre, tiene una deuda de entre uno y dos millones de euros. Sus acreedores son fabricantes de equipos y de fibra óptica. La teleoperadora tiene actualmente ocho clientes.

El presidente y fundador de Alúa, Francisco Ros, que fue antiguo presidente del consorcio europeo Unisource, aclara que la compañía continúa su actividad y que sigue negociando con posibles inversores. "Aguantaremos unos meses, pero si no conseguimos la aportación de fondos necesaria habrá que disolver la compañía", reconoce Ros.

El directivo asegura que el último trimestre de 2001 ha sido el más duro en el mercado de capitales y de financiación para el sector de las telecomunicaciones de los últimos 40 o 50 años, y afirma que, "aunque hay una buena receptividad hacia la compañía, existen grandes dificultades para conseguir las aprobaciones internas en las empre-sas inversoras".

Ros cree que esta menor euforia en la financiación de proyectos de telecomunicaciones y el parón que sufre el negocio de banda ancha son las causas que han arrastrado a la crisis a su compañía y a otras que se han inclinado por tecnología de acceso vía radio (LMDS).

Alúa nació hace dos años con un capital de 27,04 millones de euros, aportado por las sociedades estadounidenses de capital riesgo Crescendo Ventures y Enterprise Partner, y los socios españoles Caja Duero, Bell Capital y Laser2Net. La compañía cuenta con una red operativa en Madrid de 150 kilómetros de fibra óptica y 60 nodos ópticos instalados que dan cobertura a 12.000 edificios.

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