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La Ertzaintza intercepta paquetes bomba dirigidos contra tres periodistas

Los tres paquetes tenían como remitente la patronal vasca, Confebask. Esto levantó las sospechas de Enrique Ibarra, catalogado como persona de riesgo por ser objetivo de ETA, que informó a la Ertzaintza. El bulto fue recogido por los artificieros, que lo desactivaron y comprobaron que contenía 150 gramos de Titadine.

El directivo del Grupo Correo Enrique Ibarra, la directora de Antena 3 Euskadi, Marisa Guerrero, y Santiago Silván, director de Radio Nacional en Euskadi, eran los objetivos de los paquetes bomba intervenidos ayer tarde por la Ertzaintza en las localidades vizcaínas de Getxo y Leioa, informa Europa Press.

Los tres paquetes tenían como remitente la patronal vasca, Confebask. Esto levantó las sospechas de Enrique Ibarra, catalogado como persona de riesgo por ser objetivo de ETA, que informó a la Ertzaintza. El bulto fue recogido por los artificieros, que lo desactivaron y comprobaron que contenía 150 gramos de Titadine.

El artefacto había sido enviado a través de una empresa de paquetería, por lo que la Ertzaintza averiguó que se habían remitido otros dos de similares características. Desplazados a los domicilios destinatarios de los paquetes, la policía procedió a desalojar las viviendas anexas para evitar daños entre los vecinos.

Por otra parte, la Guardia Civil desarrolló ayer una operación en la localidad de Zuazo, cercana a Vitoria, que se saldó con la detención de Juan Antonio Cortés de Luis y Susana Achaerandio Alesanco, dos presuntos colaboradores de ETA que fueron puestos en libertad el pasado septiembre después de presentarse voluntariamente a la Audiencia Nacional.

Según el ministro del Interior, Mariano Rajoy, los detenidos recababan información sobre posibles objetivos, además de buscar pisos propicios para alojar y ocultar a los componentes de los comandos etarras.

La Guardia Civil los relaciona con el comando responsable de conducir la caravana de la muerte con la que ETA pretendía atentar en Madrid con más de una tonelada de explosivos tras poner fin a la tregua.

Ayer se conoció, por otra parte, que desde el fin de la tregua etarra, en noviembre de 1999, han sido 32 los concejales de los distintos partidos que han renunciado a su cargo tras haber recibido presiones del entorno etarra.

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