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El Gobierno italiano da marcha atrás y renegocia el despido libre

El ministro italiano de Trabajo, Roberto Maroni, ha dado marcha atrás y se ha mostrado dispuesto a renegociar su propuesta de despido libre, que ha motivado una oleada de huelgas convocadas por los sindicatos, aunque para ello ha pedido a las centrales que abandonen su actual política de confrontación.

El origen de la disputa está en la aprobación en el Consejo de Ministros, el pasado mes de noviembre, de un decreto que reforma el mercado laboral y que, entre otros puntos, supone la suspensión por cuatro años del artículo del Estatuto de los Trabajadores que prohíbe el despido sin causa justificada, lo que a juicio de los sindicatos abre la puerta al despido libre.

"Si los sindicatos salen de las barricadas y dejan de decir que ese artículo consiente el despido sin causa justificada, el Gobierno está preparado para examinar propuestas mejoradas, verificarlas y modificar el decreto de reforma del mercado de trabajo", dijo ayer Maroni, en vísperas de que el Parlamento comience la tramitación del texto.

El titular de Trabajo se mostró disconforme con la interpretación sindical de la suspensión de ese artículo del Estatuto, que calificó de "falsa", pero se declaró dispuesto a afrontar una renegociación si le convencen de que su reforma no favorece el crecimiento de las empresas o la legalización de las sociedades "sumergidas".

Frialdad sindical

Las palabras de Maroni han sido recibidas con frialdad por los sindicatos, que el pasado lunes empezaron a hacer efectivas las convocatorias de huelgas generales de cuatro horas en cada una de las veinte regiones italianas, en protesta por esa reforma del Gobierno de Silvio Berlusconi.

"En materia de derechos, las palabras de Maroni no son en absoluto una apertura", dijo el líder del primer sindicato (Cgil), Sergio Cofferati, para quien no se trata de cambiar la posición del Ejecutivo sobre el despido sin causa justificada sino de ni siquiera tocar la normativa en vigor.

Por su parte, Savino Pezzotta, de Cisl, manifestó que su central es contraria a modificar el controvertido artículo del Estatuto de los Trabajadores, pero apuntó que "si el Gobierno tiene propuestas, que las lleve a la mesa de negociación".

El presidente de la patronal, Antonio D'Amato, insistió en que no se puede llevar una reglamentación europea al mercado de trabajo italiano.

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