Aznar afirma que el modelo social europeo es inviable sin reformas
“La única manera de mantener el modelo social europeo es hacerlo sostenible”, advirtió ayer José María Aznar ante el Parlamento Europeo. La Cámara agradeció la visita del presidente del Gobierno, el primero que acude a Estrasburgo para presentar un programa de presidencia semestral de la Unión Europea, pero arreciaron las críticas sobre la falta de concreción de los objetivos, la ausencia de las regiones en su discurso y el énfasis hecho en las privatizaciones.
Bernardo de Miguel Estrasburgo
Alguna iniciativa concreta hay que tener, además de las generalidades de rigor”, espetó Enrique Barón Crespo, presidente del Grupo Socialista europeo en el discurso, tan agrio como deslavazado, con el que respondió a la intervención de Aznar.
Barón, haciendo un balance más propio del final del semestre, acusó al presidente Aznar de llevar “al límite” la práctica “habitual” en otras presidencias de “apuntarse todos los éxitos posibles”.
Aznar acababa de presentar, durante 25 minutos, y ante un hemiciclo con media entrada, las tres prioridades de su presidencia, que centró en la lucha contra el terrorismo, la liberalización económica y la flexibilización del mercado laboral. Sólo en último lugar citó la negociación del ingreso de los países de Europa Central y del Este en la Unión.
“Tenemos que impulsar la modernización de nuestras economías para lograr un mayor reconocimiento”, alentó el presidente, quien recordó que, “en la última década, Europa ha sufrido un retroceso de seis puntos en su renta per cápita respecto a Estados Unidos”.
Aznar considera obsoleta la dicotomía entre modelo social europeo y la liberalización y privatización. El presidente considera que, precisamente, la falta de reformas estructurales pone en peligro la futura financiación del llamado Estado del bienestar que disfrutan una mayoría de los ciudadanos europeos.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se sumó al llamamiento de Aznar. “No tenemos otra opción”, afirmó el italiano, que califica el programa de la presidencia española de “amplio, equilibrado y ambicioso”. “Si no hay cambios”, apostilló, “acabaremos teniendo menos crecimiento y menos empleo”.
Críticas
Pero ni Aznar ni Prodi consiguieron impresionar a las formaciones más progresistas de la Eurocámara. El eurodiputado de Izquierda Unitaria Salvador Jové coincidió con Barón Crespo en la acusación de que las privatizaciones en boga están “acabando en algunos sectores estratégicos con los monopolios públicos para convertirlos en oligopolios privados”.
Jové recordó a Aznar “la situación del transporte ferroviario (...) en el Reino Unido”, país pionero en la privatización de ese medio de transporte y donde el Gobierno de Tony Blair prepara una inyección de capital público para combatir el deterioro del servicio.
El presidente español situó ayer la liberalización del transporte como prioridad absoluta del Consejo Europeo de Barcelona, donde el próximo mes de marzo “la presidencia dedicará su empeño (...) a profundizar en la liberalización de los transportes por ferrocarril”.
La comisaria europea de Transporte, Loyola de Palacio, propondrá el próximo día 23 la apertura a la competencia del transporte ferroviario de mercancías, con la posibilidad de operadores extranjeros operando en las redes nacionales. La propuesta exigirá una armonización técnica y normativa que asegure la interoperabilidad de las diferentes compañías de ferrocarril.
El proyecto de la Comisión se queda al borde de proponer también la liberalización del transporte de pasajeros, y se limita a apuntar que, en ese tramo, la liberalización debe comenzar por las trenes nocturnos en las rutas internacionales.
Una propuesta formal en este sentido, reconocen fuentes comunitarias, podría dar al traste con todo el plan, máxime con dos convocatorias electorales en Francia durante los próximos meses (elecciones presidenciales en marzo y legislativas en junio).
Prudencia francesa
París, cualquiera que sea el signo e ideológico de su Gobierno, pide tradicionalmente mucha cautela en los procesos de liberalización y, en todo caso, exige siempre la salvaguardia del servicio universal.
Francia ha dinamitado, en concreto, la propuesta de De Palacio de abrir a la competencia los mercados energéticos en 2005. Un nuevo fracaso en la reunión de Barcelona, advierte la comisaria, puede hacer necesaria la apertura del sector mediante decreto.
Prodi, en cambio, amenaza con retirar las propuestas legislativas si no consiguen el respaldo de los Quince en la Ciudad Condal.
La diputada belga del Grupo Verde, Mónica Frassoni, que criticó duramente el plan hidrológico del Gobierno Aznar, tachó de “anticuado” todo el modelo de desarrollo propuesto por la presidencia española. Se basa todavía, dijo, en una supuesta “contradicción entre el crecimiento económico y la tutela medioambiental”.
El nacionalismo divide a una Cámara unida contra el terrorismo
El respaldo de la Eurocámara a los objetivos de la presidencia española en su lucha contra el terrorismo fue ayer casi tan contundente como el rechazo a la negativa de José María Aznar a otorgar un espacio a las regiones en la construcción europea.
El portavoz liberal, el británico Graham Watson, llegó a lamentar lo que califica de “programa [de trabajo] bastante castellano”. El conflicto entre Madrid y Vitoria sobre la presencia del Gobierno vasco en los foros europeos también llegó a la Cámara por medio de Josu Ortuondo.
El eurodiputado del PNV Josu Ortuondo acusó al Gobierno de “obstaculizar reiteradamente cualquier presencia de las comunidades autónomas en los órganos europeos, incluso cuando van a decidir sobre competencias exclusivas de aquéllas”. Aznar encajó con aplomo las críticas y ni siquiera se inmutó ante los continuos cuchicheos de los parlamentarios durante su respuesta.
“Llevo años de experiencia parlamentaria”, sonrió al presidente de la Eurocámara, Pat Cox, cuando el irlandés llamó al orden a sus señorías.
Aznar defendió la diversidad europea, pero su-brayó que el reparto de poder entre el Estado y las regiones es competencia exclusiva de cada Estado. A quienes auguran la disolución de las naciones Estado en la UE les advirtió que “eso no es así”.
Aznar prefirió centrar su intervención en la lucha contra el terrorismo, porque, dijo, constituye una prioridad mundialtras el 11-S.
Situado justo enfrente de la fila de escaños donde se sienta el europarlamentario de Batasuna, Koldo Gorostiaga, el presidente enfatizó que “no condenar el terrorismo y hablar de diálogo (...) es un insulto a las víctimas”.
Gorostiaga, que felicitó en euskera a Cox por su elección anteayer como presidente de la Eurocámara, defendió en inglés la urgencia de negociar la paz.