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Fitch Ibca rebaja la calificación de Repsol por las pérdidas en Argentina

La anunciada revisión a la baja de la calificación crediticia de Repsol YPF se consumó ayer. La agencia internacional Fitch Ibca tomó en cuenta la intención del Gobierno argentino de hacer pagar al sector energético buena parte de la factura de la crisis. Ayer, el presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, declaró en voz alta lo que muchos directivos españoles comentan en privado estos días: que no puede haber ayudas para ese país cuando los propios argentinos sacan su dinero.

La crisis argentina ha pasado factura otra vez a Repsol YPF, el valor de Europa más castigado en Bolsa en lo que va de año. La agencia internacional de calificación Fitch Ibca confirmó ayer que ha degradado el rating de la petrolera que preside Alfonso Cortina por considerar que "el deterioro en Argentina ha tenido un marcado impacto en el perfil crediticio del grupo".

Fitch rebajó las calificaciones de la deuda de Repsol YPF desde A hasta BBB+ a largo plazo y desde F1 a F2 a corto, así como los de Repsol International Capital BV hasta BBB- y de YPF hasta BB, en los dos casos bajo perspectiva negativa.

La rebaja de calificaciones refleja la preocupación de la agencia ante la petición por el Gobierno argentino de que el sector energético haga una aportación extraordinaria para sufragar el programa de reformas económicas. Las medidas que baraja el Ejecutivo podrían afectar negativamente a los resultados de las operaciones de exploración, producción, refino y marketing de la empresa.

La agencia se refiere a medidas que estos días están siendo negociadas entre el Ejecutivo argentino y los directivos del sector petrolero, en el caso del grupo español encabezados por su vicepresidente Ramón Blanco. El Gobierno de Duhalde está dispuesto a renunciar al anunciado impuesto -que haría menos competitivas las exportaciones de crudo- si las empresas aceptan hacer un pago extraordinario al Estado cifrado entre los 1.000 y los 1.700 millones de dólares.

Fuentes del sector indican que las posiciones están cercanas, ya que el Gobierno prefiere recibir dinero por adelantado para hacer frente a sus compromisos urgentes, mientras que las empresas aceptarían pagar de una vez una cantidad -por alta que sea- en vez de asumir una nueva carga fiscal. Sin embargo, un acuerdo definitivo aún tardará, según las citadas fuentes, que destacan la complejidad jurídica del caso. La aportación de las petroleras tendría que efectuarse en efectivo y a fondo perdido, y no mediante avales, como se especuló en un principio.

La calificación que otorga la agencia Standard & Poor's a la empresa petrolera ya fue degradada en noviembre por las incertidumbres en Argentina. La otra gran agencia de calificación Moody's puso igualmente a la compañía en proceso de revisión a la baja.

Problemas mitigados

En cuanto a otras empresas españolas, Fitch ya anunció que colocaba a Telefónica bajo "perspectiva negativa". En el comunicado publicado ayer se afirma que sus problemas en Argentina han sido "fuertemente mitigados", pero no tanto como para revisar la decisión anterior.

Pese a la práctica situación de bancarrota de la banca en Argentina -que tras la devaluación tendría la mayor parte de sus activos en pesos pero su pasivo en dólares- la calificación de la banca española se mantiene estable por las agencias internacionales. Moody's anunció el pasado lunes que confirmaba la calidad de la deuda de BBVA y SCH, mientras que Standard & Poor's anunció que sólo la revisaría a la baja en caso de que estas entidades decidieran aportar más capital a sus filiales argentinas, lo que hoy parece improbable. Sin embargo, las filiales argentinas de ambas entidades, los bancos Río y Francés, tienen la peor calificación posible que concede Moody's, la E, ante la posibilidad de "pérdidas crediticias extremadamente elevadas".

En torno a la situación de Argentina se pronunció ayer Antoni Brufau, el presidente de Gas Natural, cuya filial Gas Natural BAN opera en el gran Buenos Aires y es una de las más afectadas. En declaraciones a la televisión catalana Canal 33, Brufau dijo que la crisis argentina "va a durar mucho tiempo", por lo que es obligada la "tranquilidad". Brufau recogió el sentir de otros ejecutivos españoles con intereses en aquel país al atribuir a los propios argentinos la responsabilidad de la crisis y oponerse a una condonación de la deuda.

Brufau fue rotundo al afirmar que "no se puede ser solidario" con los argentinos que tienen fuera de su país más de 120.000 millones de dólares, cifra muy superior a los 80.000 millones en depósitos retenidos en la banca argentina. "Los argentinos tendrán que empezar a pensar que hay que pagar impuestos", sentenció el directivo.

 

La banca estima en 10.000 millones de euros la exposición de los inversores italianos

El canadiense Bank of Nova Scotia estudia abandonar el país latinoamericano

La exposición a Argentina de los inversores individuales de Italia es de alrededor de 10.000 millones de euros, según afirmó ayer la Asociación de Bancos Italianos. Esta es la primera cifra oficial que surgió de una reunión celebrada entre bancos con el objetivo de evaluar el impacto de la crisis financiera de Argentina sobre las carteras de la banca y los inversores individuales. Además, la asociación tenía previsto determinar cuántos italianos tenían deuda argentina y cuántos bancos están expuestos al país.

Y es que el temor a las consecuencias de la crisis argentina no se limita a España, su principal inversor. Según el diario canadiense The Globe and Mail el Bank of Nova Scotia está preocupado por los frecuentes cambios en las regulaciones sobre los depósitos bancarios y no descarta abandonar el país. Según declaraciones recogidas por el periódico, Richard Waugh, vicepresidente de la banca internacional de Scotiabank, expresó su confianza en recibir un paquete compensatorio "más tarde o más temprano". El rotativo afirmó, además, que Waugh "no descartó" la posibilidad de abandonar el país. "Todos los bancos están evaluando la situación de la misma manera", afirmó Waugh.

En Boston, el banco FleetBoston anunció ayer que retrasará la presentación de sus resultados del cuarto trimestre de 2001, prevista para hoy, hasta aclarar en qué medida se ha visto afectado por la crisis financiera argentina. Los analistas dijeron que la crisis argentina ha afectado a las acciones del FleetBoston, que frente a los 38 dólares del mes pasado cotizaban ayer a 33,51 dólares.

El británico HSBC es otro de los bancos afectados por la situación que se vive en Argentina. Morgan Stanley ha estimado que el banco podría enfrentarse a pérdidas por valor de 750 millones de dólares (840 millones de euros) por bajas contables del valor de bonos del Gobierno, un aumento de los créditos morosos y el impacto de la devaluación del peso sobre su cartera de préstamos en dólares.

 

Chile admite que la crisis tendrá un impacto mayor del previsto

La inversión del país asciende a 14.000 millones

El Gobierno, las empresas y la banca chilena admiten que la crisis argentina tendrá un impacto mayor de lo previsto sobre la economía del país, aunque insistieron en que los fundamentos económicos de Chile se mantienen sólidos y que el sector financiero "se mantiene a buen resguardo" del impacto.

El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, reconoció el lunes por la noche que "Chile no es inmune a la crisis argentina" y admitió que las empresas con intereses en aquel país se verán "fuertemente golpeadas".

Este cambio en la posición del Gobierno viene forzado por la realidad empresarial y bancaria. La Asociación Nacional de Bancos e Instituciones Financieras de Chile insistió ayer en que "la situación argentina complica extraordinariamente el flujo de capitales hacia América Latina y, por lo tanto, obliga a Chile a mantener políticas internas muy ortodoxas, mejorar su competitividad y establecer claramente un diferencial con el resto de la región".

No obstante, los bancos advierten que "en el sector financiero el impacto es prácticamente nulo porque la banca hizo una gestión extraordinariamente cautelosa y conservadora del riesgo en Argentina".

Pese a estas declaraciones, son precisamente los banqueros los que encabezan el lobby empresarial que intenta que el Gobierno adopte medidas para reducir el impacto de la crisis argentina. El Ejecutivo que preside Ricardo Lagos ha creado un grupo de trabajo con las empresas para evaluar el alcance de la crisis y estudiar medidas para paliar la situación, aunque de momentos todos descartan liquidar sus inversiones en el país vecino.

Según cálculos oficiales, la inversión chilena en Argentina asciende a 12.500 millones de dólares (14.000 millones de euros) y supone el 5% del total de la inversión extranjera en aquel país.

El presidente de la Asociación de Bancos, Hernán Sommerverville, indicó que la situación argentina afectará los flujos de caja y los ingresos de las empresas chilenas con inversiones en ese país, tendrá impacto en los mercados de exportación, propiciará dificultades prácticas para los camioneros que transporten mercancías a Argentina (por los problemas de pago) y supondrá la fuerte caída prevista en los ingresos turísticos, como consecuencia del descenso en la llegada de turistas argentinos.

 

Brasilia y Buenos Aires renegocian el acuerdo sobre automóviles

Las importaciones argentinas del sector caen el 53%

El embajador de Brasil en Argentina, José Botafogo Golçalves, ha asegurado que ambos países, los principales socios de la unión aduanera del Mercosur, renegocian en estos momentos el acuerdo automovilístico por el que Brasilia y Buenos Aires están obligados a mantener equilibrados los intercambios comerciales que afectan a este sector.

"Se está hablando en este momento de modificar las reglas del acuerdo automotriz vigente, que no impide la exportación pero que tiene un límite de un desequilibrio máximo del 10%. Se trata de renegociar estas reglas para que las operaciones se hagan sin necesidad de pagar una multa para quien pase el límite", explicó el diplomático.

Brasil y Argentina firmaron un pacto sobre el sector del automóvil por el que el intercambio sectorial debe mantenerse en equilibrio, aunque da un margen del 10,5% para que las exportaciones de un país superen las del otro, y, dentro de esos límites, se mantiene el comercio sin aranceles. En caso contrario, se debe abonar una sobretasa equivalente al 70% del arancel aplicado para terceros países, que es del 35%.

Argentina quería así evitar la invasión de productos brasileños, pero la recesión económica ha reducido al mínimo sus compras automovilísticas a Brasil, que en diciembre cayeron un 53,2%. De esta forma, los empresarios automovilísticos brasileños se ven obligados a reducir sus importaciones de Argentina para evitar el pago de multas.

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