La aragonesa ACE se instala al lado de Seat en Martorell para suministrarle cables eléctricos
El grupo de capital aragonés Auxiliar de Componentes Eléctricos (ACE) ha invertido unos cinco millones de euros (823 millones de pesetas) en la construcción de una nueva fábrica junto a la factoría de Seat en Martorell (Barcelona). La instalación suministra cables eléctricos para los modelos Toledo y León. El grupo tiene un proyecto similar para una fábrica en Rumania.
No sólo las empresas de nuevas tecnologías son capaces de crecer a buen ritmo. El grupo Auxiliar de Componentes Eléctricos (ACE), dedicado a la fabricación de cables eléctricos para automóviles, es un buen ejemplo de crecimiento dentro de la economía tradicional.
ACE fue fundada en 1992 con capital 100% aragonés y se dedica fundamentalmente a la producción de cableado eléctrico para automóviles y a la inyección de pequeñas piezas plásticas de apoyo a los sistemas eléctricos del coche.
En menos de una década, la empresa, con sede en el zaragozano polígono de Malpica, ha pasado de su primera fábrica en La Puebla de Alfiden (Zaragoza) a tener seis centros productivos: Egea de los Caballeros (Zaragoza), Abrera (Barcelona), Alcañiz (Teruel), La Carolina (Jaén) y Querétaro (México).
Este parque se verá completado ahora con una nueva planta junto a la factoría de Seat en Martorell (Barcelona). El centro ha supuesto una inversión de cinco millones de euros y ocupa una superficie total de 2.700 metros cuadrados.
Centro de I+D
Según el director general de ACE, Joaquín Ángel Ce-zón, "además de la planta pa-ra producir los mazos eléctricos de los Seat Toledo y León, hemos ubicado un almacén semiautomático y nuestro centro de I+D con ingenieros para el desarrollo de componentes en colaboración con el Centro Técnico de Seat". Concretamente, la nueva planta está ubicada en el municipio de Sant Esteve Sesrovieres, el mismo en el que está ubicado el Centro Técnico de Seat.
La instalación, con una línea de ensamblaje de cableado para suministrar en régimen de justo a tiempo, ocupará inicialmente a 140 personas a tres turnos, "pero podemos ampliar la inversión para triplicar la producción, en función de las necesidades de Seat", explica Cezón. La planta, que será inaugurada en breve y sustituirá a la nave que ACE tiene en Abrera, producirá diariamente 700 mazos eléctricos, pero con la inversión de "unos dos millones de euros y unos 40 empleados más podemos hacer 1.400 unidades", argumenta.
ACE también ultima el pro-yecto para invertir entre cinco y seis millones de euros en una planta en Rumania, donde quiere producir tanto cableado para automóvil co-mo pequeñas piezas de inyección de plástico. "Desde Ru-mania queremos suministrar al mercado alemán, al de Hungría, pero también alguna gama para el mercado español, ya que allí la mano de obra es mucho más barata", señala.
Junto a este acelerado ritmo de crecimiento, ACE está llevando a cabo planes para convertirse en proveedor directo de los grandes fabricantes. El grupo vende a otros grandes suministradores como son Valeo, Delphi o Ficosa Internacional, pero desde hace unos años ha logrado dar el salto y proveer directamente a Seat en Martorell y a Volkswagen en México, donde trabaja para las cadenas de producción de los modelos VW Bora y Beetle.
Más valor añadido
Para lograr dar este salto, ACE ha creado un sistema que suministra al instante cualquier variante de mazo eléctrico que un fabricante -en este caso Seat- solicite de un modelo, en este caso el León. Las combinaciones posibles en un solo modelo, en función de su equipamiento, rondan las 190.000. Además, la compañía aragonesa trabaja en la creación de módulos eléctricos que, además de los cables, incluyan mayor número de piezas y más valor añadido.
Al cierre de 2001, el grupo ACE, que emplea a 2.500 personas -de las cuales, 380 ingenieros-, espera unas ventas situadas entre 96 y 102 millones de euros, según señala su propio director general. Esta cifra multiplica por más de dos la facturación de 1999, la última disponible en el Registro Mercantil. Según esos datos, el grupo facturó 43,71 millones de euros en 1999 y logró un beneficio después de impuestos de 3,62 millones de euros.