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La CNMV releva a dos cargos salpicados por el 'caso Gescartera'

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunció ayer la reestructuración de su organigrama, cuya consecuencia más inmediata es el cese de dos altos cargos salpicados por el caso Gescartera. Se trata de Antonio Botella, director general de inspección, y de Juan Carlos Basallote Ureba, director general de entidades de valores. Según la Comisión, no son ceses disciplinarios.

Los cambios en la CNMV supondrán la reducción de 10 a tres direcciones generales. Serán las de servicios jurídicos y secretaría del consejo, la de mercados e inversiones y la de empresas de servicios de inversión. Asimismo, habrá cinco direcciones adscritas directamente al consejo.

Antonio Botella sucedió en 1997 a David Vives, partidario de haber intervenido Gescartera, como director general de inspección de la CNMV. Recondujo la inspección sobre Gescartera cuando ésta sólo era sociedad gestora de carteras, y no detectó la falsedad de dos cheques por valor de 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas) con los que la firma de valores ocultó la desaparición de fondos. Además, Antonio Camacho declaró ante el juez ser amigo personal de Botella.

Juan Carlos Basallote Ureba es primo de Alberto Alonso Ureba, asesor mercantil de Gescartera, y de Antonio Alonso Ureba, el jefe de los servicios jurídicos de la CNMV que luego pasó a ser secretario del consejo de Telefónica. Fue el responsable de la inscripción de Gescartera como agencia de valores pese a que no cumplía las condiciones pactadas.

Botella, que era técnico de la CNMV antes de ser nombrado director general, volverá a serlo. Basallote, que había llegado con un contrato de alta dirección, se marchará de la CNMV, pues dicho contrato se ha extinguido y él tiene puesto en la Comisión.

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