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Empresas

Alierta cambia la cúpula de Admira e inicia la renovación en Telefónica

El desencuentro entre César Alierta y Juan José Nieto ha terminado por provocar la defenestración del presidente de Admira (antigua Telefónica Media). El desencadenante han sido las informaciones que cuestionan la honradez del presidente de Telefónica.

El presidente de Telefónica, César Alierta, ha empezado el año haciendo una profunda limpieza en la cúpula directiva de la filial que gestiona los medios de comunicación del grupo y en varias de las compañías que la integran. Los cambios se presentan como el avance de una reestructuración de gran calado en diferentes áreas de la operadora.

Los desencuentros constantes entre Alierta y el presidente de Admira, Juan José Nieto, cristalizaron ayer, detonados por las recientes informaciones aparecidas en el diario El Mundo que cuestionan la honradez del presidente de Telefónica.

En su caída, presentada oficialmente como una dimisión, Nieto arrastra a los elementos claves de su equipo durante el último año y medio. Esta fulminante reestructuración es el primer relevo de calado que protagoniza César Alierta desde su llegada a Telefónica. El criterio de continuidad de los equipos ha sido su norma, a pesar de que la compañía ha vivido momentos difíciles en algunas áreas. Ahora, en este primer gran relevo, las motivaciones exceden a las razones de tipo operativo.

Fuentes cercanas al dimitido presidente de Admira señalaron ayer a este periódico que Nieto siempre ha hecho gala de que en su condición de gestor ha contribuido a racionalizar las actividades del grupo, que nació disperso y con severas dificultades para alcanzar la rentabilidad.

En un comunicado, la operadora asegura que los cambios en la cúpula de Admira "persiguen una reorientación estratégica en la política de medios del grupo, tras la etapa de consolidación de activos llevada a cabo por Juan José Nieto durante los últimos tres años".

El nuevo máximo ejecutivo de Admira será Luis Abril, nombrado secretario general de Telefónica tras su salida del banco Santander Central Hispano (SCH) por desavenencias con Emilio Botín, aunque siempre con la intención de que desarrollara su carrera al frente de Admira. Abril asumirá la vicepresidencia ejecutiva y será presidente en funciones.

Para acompañar a Abril, Alierta ha nombrado a Luis Blasco, como vicepresidente de Admira, y a Juan Kindelán, consejero y miembro de la comisión permanente.

Fuentes bien informadas aseguran que el presidente de Telefónica se siente absolutamente respaldado por La Moncloa, que en los últimos días de diciembre le hizo llegar el mensaje explícito del intento del director de El Mundo de controlar Onda Cero y otros medios del grupo. Anteayer mismo, un ministro pasó a Alierta el mensaje de que el presidente del Gobierno es partidario de una "reorganización a fondo y rápida" de Telefónica. Aznar es sensible al impacto electoral que pueden tener la confrontación de intereses en el seno de esta compañía, generada desde la gestión de Juan Villalonga.

Durante todo el día de ayer Telefónica vivió una intensa actividad, de la que los hombres más cercanos a Nieto fueron los últimos en enterarse. La reunión se convocó inesperadamente. La máxima preocupación de la cúpula ejecutiva de Admira no eran los cambios, que desconocían, sino el rechazo a los presupuestos para este ejercicio, cuestionados en distintas ocasiones por Alierta y por el consejero delegado de Telefónica, Fernando Abril. El aspecto más controvertido de este presupuesto se refiere a Vía Digital, que saldó 2001 con pérdidas de 540,91 millones de euros (90.000 millones de pesetas) y para la cual se prevén números rojos de 721,21 millones de euros este año.

Alierta ha cerrado este primer estadio de la remodelación con la destitución de Javier Gimeno, presidente de Onda Cero, la compañía que ha disparado la tensión. Su sustituto será Juan Kindelán, ex presidente de Recoletos, grupo del que salió por su oposición a los pactos entre el director de El Mundo y el ahora presidente de la compañía editorial, Jaime Castellanos.

La última defenestración del paquete es la de Juan Ruiz de Gauna, consejero delegado de Vía Digital. El director financiero de Admira, Carlos Lavilla, será el encargado de poner orden en las cuentas de la plataforma.

 

El presidente de la compañía pide el apoyo de Pearson

César Alierta mantuvo el jueves pasado en Londres una entrevista con Marjorie Scardino, primera ejecutiva de Pearson. En el encuentro, el presidente de Telefónica solicitó la complicidad del grupo multimedia británico ante las informaciones publicadas por el diario El Mundo, en el que Pearson controla un 30% del capital.

Aunque no ha trascendido lo tratado en la entrevista, fuentes conocedoras de la reunión han señalado que discurrió "en un clima de entendimiento".

Marjorie Scardino ha contemplado con recelo durante los últimos meses las actuaciones que se han promovido desde las empresas españolas en las que Pearson cuenta con alguna participación. Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, y Jaime Castellanos, presidente de Recoletos (grupo propietario de los diarios Marca y Expansión entre otros, en el que Pearson tiene la práctica totalidad de las acciones), han alcanzado una completa identidad de objetivos. Durante los últimos meses han trabajado conjuntamente con el fin de articular un grupo de medios de comunicación en el que la emisora de radio Onda Cero y la cadena privada de televisión Antena 3 (incluidos ambos en Telefónica Media-Admira) se unirían a los medios que controla Recoletos y Unedisa (editora del diario El Mundo).

Scardino no ha apoyado este proyecto en ningún momento y en las últimas fechas ha dado reiteradas muestras de su distanciamiento con la estrategia de Ramírez y Castellanos.

Estos acontecimientos ocurren cuando la coyuntura no es muy favorable para el grupo británico, que pierde posiciones en el panorama europeo frente a su antiguo aliado y hoy principal competidor, Bertelsmann.

El grupo multimedia alemán ha comprado el 22% que Pearson tenía en RTL, y ahora es el único titular de la participación que esta cadena de televisión paneuropea tiene en Antena 3.

 

Fitch rebaja la perspectiva de la deuda de Telefónica a negativa

La agencia internacional de calificación de riesgo Fitch revisó ayer de estable a negativa la perspectiva de la deuda de Telefónica, debido a la confluencia de varios factores, que, unidos, "levantan interrogantes sobre la capacidad de la operadora de seguir desarrollándose al mismo ritmo en 2002". En la misma comunicación, la agencia de calificación explica que ha confirmado los ratings de la compañía, por "el sólido perfil de negocio, que convierten a Telefónica en una de las operadoras del mundo más diversificadas".

La principal fuente de incertidumbres que ha llevado a Fitch a rebajar la perspectiva de la operadora proviene de la situación que vive Latinoamérica, aunque también resalta otros factores, como la naturaleza cambiante de la exposición de la compañía al desarrollo de la telefonía de tercera generación UMTS en Alemania, tanto por el despliegue de red como por los planes de negocio. La agencia confía en la probada capacidad de Telefónica para gestionar con prudencia su exposición a los países del área latinoamericana que ahora tienen serios problemas económicos y en los que la operadora tiene una posición de liderazgo.

Ampliación de capital

Telefónica ha puesto en marcha la primera ampliación de capital liberada del año, aprobada en la junta del pasado mes de junio y revalidada en el consejo del 19 de diciembre. La operadora ampliará capital por 93,438 millones de acciones, que podrán ser suscritas de forma gratuita en función de un título nuevo por cada 50 antiguos. Los derechos comenzarán a negociarse el 25 de enero, en un plazo que se extenderá hasta el 8 de febrero.

Las ampliaciones de capital liberadas fueron la fórmula que implantó el ex presidente de Telefónica Juan Villalonga para remunerar a los accionistas una vez cancelado el dividendo. La opinión más extendida por los analistas, sin embargo, es que el efecto dilutivo que llevan aparejadas elimina la posible retribución, de forma que acaban por ser neutras para los socios.

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