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París se erige en capital bursátil de la zona euro

La llegada física del euro debe acentuar el proceso de consolidación transfronterizo en todos los mercados financieros. En el bursátil, París parte con ventaja tras el éxito de su unión con Amsterdam y Bruselas. Euronext, el producto de esa fusión, y sus rivales de Londres y Francfort libran la batalla por obtener la supremacía en un mercado cuyo valor no deja de crecer.

Los mercados financieros de Europa ocultan todavía, según la Comisión Europea (CE), un inmenso potencial derivado de la Unión monetaria de 12 Estados. La capitalización bursátil de la zona euro se incrementó el año pasado, según datos de la CE, un 48,6% respecto al ejercicio anterior, frente al 27% en EE UU en el mismo plazo.

En los mercados bursátiles de la zona euro hay señales claras de que se impone una gestión transnacional. La cartera de los fondos de inversión destina ya el 78% de sus recursos a inversiones transfronterizas. En los fondos de pensiones el ritmo es más lento, pero la cartera de inversiones nacionales no deja de descender. Del 67,6% en 1995 al 60% en 1999.

Mientras el sector bancario o asegurador tensan la espera para la primera gran fusión transfronteriza, las Bolsas de París, Amsterdam y Bruselas ya cruzaron el Rubicón en septiembre de 2000. Un año después se les ha sumado la Bolsa de Lisboa, afianzando el liderazgo de Euronext como primer mercado bursátil de la zona euro con una capitalización bursátil por encima de 2.500 millones de euros. Las conversaciones para la incorporación de Varsovia parecen avanzar a buen ritmo, lo que otorgaría ya a Euronext una cabeza de puente en los países candidatos al ingreso en la UE.

Euronext se adelanta así al proceso de convergencia legal y regulador que, una vez finalizado, permitirá de verdad obtener todo el rendimiento de la nueva moneda. Bruselas se ha marcado el año 2003 como plazo límite para completar la integración de las normas bursátiles, pero para lograrlo debería darse un impulso enorme al proceso durante los próximos 12 meses.

El desafío incluye las directivas para armonizar el folleto de emisión de salida a bolsa, la de manipulación de los mercados (uso de información privilegiada) y la de comercialización de servicios financieros a distancia. Y el reglamento sobre modernización y armonización de las normas contables, para que todas las empresas adopten las International Accounting Standards.

La voluntad de rematar el trabajo existe, pero también los riesgos de que alguna trifulca institucional o el repentino cambio de actitud de algún Gobierno europeo retrasen la adopción de los nuevos textos legales, como de hecho ya ha ocurrido.

En 2001 se asistió al sonoro fracaso de la directiva para armonizar las normas sobre ofertas públicas de adquisición (opa). Alemania, que había dado su apoyo inicial, temió después dejar demasiado desguarnecidas las empresas ante ofertas hostiles.

Un lamentable rifirrafe entre Comisión Europea y Parlamento sobre el derecho a veto de cada institución en la tramitación de futuras normas legislativas también ha frenado el revolucionario informe del comité de sabios presidido por el barón Alexandre Lamfalussy. Los dos comités de reguladores propuestos por en el informe, encargados de ajustar la letra pequeña de las directivas a la evolución del mercado, deberían dar ya los primeros resultados en 2002, si el Parlamento despeja el camino.

La consolidación definitiva de los mercados bursátiles también deberá superar las barreras técnicas. En ese terreno, nuevos avances deben producirse en la compatibilidad de los sistemas de compensación y liquidación de pagos, todavía muy fragmentados según la Comisión.

 

Jean-François Théodore, presidente de Euronext, o la paradoja resuelta en suelo francés

"Somos rápidos, pragmáticos y creativos", así ha resumido Jean-François Théodore el nacimiento, en septiembre de 2000, de Euronext, el mayor mercado bursátil de la zona euro, presidido desde entonces por él.

En sólo seis meses, este francés, nacido en 1946 y en la cúpula de la Bolsa de París desde los 44 años, se había "inventado", como él mismo dice, la primera plataforma de negociación común en tres países (Francia, Holanda y Bélgica) para aprovechar todo el potencial de la moneda única.

Para este antiguo director del Tesoro francés, de sonrisa franca y trato suave, Euronext se limita a resolver "la costosa paradoja" de unos mercados sin "dimensión europea". En marzo de 2000 se permitió desvelar en suelo inglés su sencilla respuesta al problema, cuando Londres y Francfort la buscaban también desesperada e inútilmente a través de una fusión de mayor resonancia pero menos enjundia que Euronext.

Pocos creyeron entonces que la iniciativa liderada por París sería, poco después, ganadora indiscutible y principal jugador en la partida por el dominio de los mercados de valores europeos.

El artífice había sido un ex alumno de la prestigiosa escuela de negocios francesa, æpermil;cole National de Administration, funcionario de elite desde que se graduase en 1974 y sin experiencia en los mercados. Pero el funcionario consumó la humillación al dominio financiero anglosajón un año después cuando, con otro zarpazo inesperado, compró Liffe, el mercado londinense de derivados. Ahora, ya con 55 años, su objetivo es la supremacía de sistema de compensación y liquidación francés.

 

La asignatura pendiente son los ineficaces y caros sistemas de liquidación

La compensación y liquidación de una operación bursátil transfronteriza en la zona euro cuesta hasta 11 veces más que una nacional, según los datos de la Comisión Europea. El dato revela, según Bruselas, la ineficacia de un sistema concebido para un mercado con 12 monedas y que no ha conseguido todavía, tres años después del nacimiento virtual del euro, aprovechar todo el potencial. La fragmentación del sistema resulta especialmente grave para el mercado de derivados, donde la actividad de compensación supone una parte primordial de cualquier transacción.

El reciente fracaso de la fusión entre las dos cámaras de compensación internacionales, Euroclear y Clearstream, ha puesto de manifiesto, de nuevo, las dificultades para avanzar hacia un sistema unificado que permita abaratar el coste de las transacciones. De hecho, las operaciones transfronterizas sólo suponen todavía el 7,5% del total de las realizadas en la zona euro.

Fusión frustrada

Euroclear, vinculada a la Bolsa Euronext, ha anunciado una guerra de precios para intentar copar mercado, iniciativa que quizá no sea ajena la investigación del comisario de Competencia, Mario Monti, sobre las prácticas de los sistemas de compensación en la zona euro.

En las operaciones bursátiles, las cámaras fijan las obligaciones de cada parte en la transacción, despachan el título al comprador y transfieren el pago al vendedor. En la actualidad, cada país de la zona euro cuenta con una o varias cámaras de compensación, que operan bajo regímenes fiscales y legales diferentes, cuando no incompatibles. Los expertos prevén que, en menos de una década, sólo tres o cuatro cámaras sobrevivirán tras la inevitable consolidación de los sistemas.

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