Las inversiones en América Latina no impulsan las exportaciones
Las cuantiosas inversiones de las empresas españolas en América Latina no han servido para aumentar nuestras exportaciones a la región. Entre 1998 y 2000 América Latina captó el 45,76% del total de la inversión directa española en el exterior, mientras que las ventas se mantuvieron estabilizadas en el 6%. Los datos disponibles de 2001 aumentan estas diferencias.
La potenciación de las inversiones en el exterior como instrumento de arrastre de la exportación era uno de los objetivos prioritarios del Plan 2000 de Exportación que ahora se repite en el nuevo plan de internacionalización aprobado por el Gobierno en mayo de este año. Sin embargo, este principio, basado en la experiencia de otros países europeos como Francia. Italia y Alemania, no se cumple en el caso de España, al menos en lo que se refiere a América Latina, destino prioritario de las empresas españolas.
Los datos no pueden ser más elocuentes al respecto. Durante el trienio 1998-2000 la inversión bruta directa de España en América Latina (incluyendo México y el Caribe) supero 62.275,99 millones de euros (10,361 billones de pesetas), que representan el 45,76% del total de la inversión española en el periodo. Frente a ello, las exportaciones a la región apenas superan 3,2 billones de pesetas, con una participación estable de sólo el 6% de las ventas exteriores a lo largo del trienio.
La evolución anual de ambas variables resalta aún más la divergencia entre inversión y exportación dado que mientras las primeras registraban un aumento del 232,3% en 1999 respecto a 1998 y un descenso del 42,3% en 2000, la evolución de las exportaciones marcaba una mínima caída del 2% entre los dos primeros años y un aumento del 18% en 2000, pese al cual América Latina bajó una décima, hasta el 6,1%, su peso sobre el global de las ventas exteriores españolas.
El análisis de los datos disponibles del año 2001 acentúan todavía más estas diferencias, ya que las inversiones directas españolas en el centro y sur de América entre enero y junio representaron el 61,04% del total, mientras que el peso del valor de las exportaciones descendía una décima, hasta situarse en el 6%.
La tendencia de las grandes empresas a suministrarse de proveedores locales, la tardía incorporación de las pymes a mercados exteriores y el importante peso de las inversiones del sector financiero en los proyectos españoles en Latinoamérica aparecen como razones prioritarias de esta escasa capacidad.
Una internacionalización excesivamente concentrada
La excesiva concentración geográfica de las inversiones españolas es uno de los graves riesgos que tanto la Administración como los analistas privados vienen advirtiendo reiteradamente respecto a la reciente internacionalización de nuestra economía .
Los datos aportados por el secretario de Estado de Política Exterior, Miquel Nadal, en una reciente mesa redonda celebrada en la Cámara de Comercio de Madrid, muestran como el grueso de la inversión española durante la última década (más del 90%) se concentró en Latinoamérica y la Unión Europea, con un 49% para la primera de estas zonas.
Comparando estas cifras con el conjunto de la inversión mundial, se observa como está mucho más repartida y muy alejada de las españolas. Así, América Latina sólo acapara el 10% de la inversión mundial entre 1990 y 2000, mientras que la Unión Europea absorbe el 37% y los países de la OCDE no europeos un 22%.
Sin embargo, la diferencia más acusada es en Asia, un continente que acapara el 17% de la inversión mundial en el periodo recoge menos del 1% de las inversiones españolas. Fenómeno similar ocurre en los países de la Europa del Este, futuros socios de España en la UE.
La ausencia española de ambas zonas, especialmente de un mercado tan gigantesco y dinámico como Asia, y en especial China, es el gran reto que se quiere ahora superar desde los ministerios de Economía y Exteriores, tanto por la necesidad de diversificar riesgos como para abrir la capacidad de exportación.