Los analistas consideran que la Bolsa ya recoge una devaluación en Argentina
La Bolsa española inauguró el curso 2002 con un retroceso del 0,24%. Un caída leve teniendo en cuenta la complicada situación económica y política en Argentina, que se encuentra muy cerca de la devaluación. Pese a que el negocio fue escaso, los expertos sostienen que el buen comportamiento de algunos de los valores con mayores inversiones en el país andino demuestra que el precio actual en Bolsa ya ha descontado una devaluación.
Los pronósticos más pesimistas sobre Argentina -también los más realistas para muchos- están a punto de cumplirse. El impago de la deuda es ya un hecho y la devaluación del peso está cada vez más cerca después de que el nuevo presidente argentino, Eduardo Duhalde, declarara ayer el fin de la convertibilidad o paridad cambiaria entre el peso y el dólar. Una posibilidad que no asusta ni a inversores ni a expertos, quienes llevaban ya varios meses alertando que el sistema cambiario argentino era insostenible.
El consenso entre los analistas apunta a una devaluación del 35%-40% del peso y reconocen que una acción como esta disminuirá los beneficios de las compañías españolas una vez conviertan los pesos en dólares o euros. No obstante, otra cuestión es la valoración del mercado, y en este caso la gran mayoría sostiene que el precio actual en Bolsa ya refleja la posibilidad de una devaluación.
Así lo entendieron también los inversores, lo que permitió que el Ibex cerrara ayer con un leve retroceso (-0,24%), gracias a las alzas del BBVA (+0,72%) y Santander (+0,11%), que lograron darse la vuelta en los últimos compases de la sesión. Telefónica terminó sin cambios, y Repsol y Endesa cedieron un 1,83% y un 1,02%, respectivamente. El comportamiento del Ibex fue incluso mejor que la mayor parte de Bolsas del Viejo Continente.
"Si la devaluación es del 40%, el impacto por fundamentales debería ser muy limitado. Creemos que las consecuencias ya han sido recogidas por el mercado tanto para los dos grandes bancos, como para Telefónica y Repsol", apunta Fernando Gómez, director de análisis de Safei.
Los bancos, protagonistas
En el caso de los dos grandes bancos, que ya en los resultados del tercer trimestre contemplaban la posibilidad de una devaluación, Gómez asegura que el impacto de la devaluación no superará los 750 millones de dólares para el Santander y los 500 millones de dólares en el caso del BBVA.
Según explica Carlos García, de ING Barings, BBVA y Santander obtienen en torno al 6% y al 7% de sus beneficios en Argentina, y una devaluación del 40% comportaría una caída del 2% de los beneficios totales de las dos entidades. "Hay que ver cuánto puede haber descontado el mercado y preguntarse si el efecto figura ya en el precio", añade García.
BBVA ha caído en el último año poco más del 11%, mientras que SCH ha retrocedió el 17%. La evolución del sector bancario europeo en el mismo periodo es de un retroceso del 9%.
Jordi Falgueras, director del departamento de estudios de Gaesco, insiste en que los dos grandes bancos van a ser los más afectados. " Todos los valores españoles con intereses en Argentina sufrirán los efectos de la devaluación. Pero, en el caso de la banca, el aumento de la morosidad es la consecuencia más grave", opina Falgueras. Respecto a los otros valores españoles, este analista no espera grandes cambios en Bolsa.
A la espera de que el presidente Duhalde desvele el viernes sus planes económicos, Miguel Pareja, director de análisis de Eurodeal, cree que el mercado seguirá atenazado por la fragilidad de la situación política y asegura que algunos valores podrían probar sus niveles de soporte. "Existen dos focos de incertidumbre: una devaluación mayor de lo esperada y la incertidumbre política", asegura Fernando Gómez desde Safei.