12 países europeos inician mañana la mayor revolución monetaria
Cuando esta noche suenen las 12 campanadas, no sólo cambiará el año, cambiará la historia de Europa. 12 países habrán entregado sus monedas nacionales al pasado para dejar paso a la divisa común. La Unión Económica y Monetaria (UEM) coronará así un proceso de integración continental que se inició en 1951 con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Aunque el euro ya formaba parte de la economía europea desde el 1 de enero de 1999, su uso físico no llega hasta hoy a las 24 horas. Para los países integrantes de la UEM, supondrá un impulso a la convergencia de sus economías y un elemento de unión histórica y política.
Una campanada por cada una de las 12 monedas de los 12 países de la UEM. Cuando esta noche el año 2001 se convierta en 2002, más de 300 millones de europeos vivirán un hecho histórico: la renuncia a sus respectivas divisas nacionales y su sustitución por el euro. A partir de ese momento, finlandeses, españoles, franceses o alemanes comprarán y venderán con la misma moneda.
Será la culminación de un proceso que se remonta a mediados del siglo pasado y cuya cuenta atrás iniciaron ayer en Bruselas el presidente del Gobierno español, José María Aznar, el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en presencia de los reyes de España y Bélgica, Juan Carlos I y Alberto II, respectivamente. En el acto también estuvieron el vicepresidente segundo español, Rodrigo Rato, y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué.
Durante la ceremonia, a las 14 horas 38 minutos, convocada bajo el lema 2002 minutos antes de la introducción de los billetes y monedas del euro, España recibió el testigo de la presidencia europea, que ocupará a partir de mañana y hasta el 30 de junio próximo.
En su discurso, Aznar subrayó la importancia del euro como símbolo de la fuerza de la Unión Europea (UE) y consideró la moneda única como "la semilla del liderazgo" que desean los 15 países de la UE en el mundo, informa Efe.
El presidente español insistió en que hay que ser ambiciosos para seguir impulsando las reformas, fortalecer el espacio judicial y dar la bienvenida a los países candidatos para avanzar en "la gran operación histórica de la reunificación". Por otro lado, destacó la necesidad de lograr el objetivo fijado en la Estrategia de Lisboa de alcanzar el pleno empleo en 2010 para impulsar la Europa social.
Verhofstadt afirmó que el euro simboliza "la convergencia de las economías, una gran estabilidad política y una voluntad demostrada de compartir el mismo destino", mientras que Prodi resaltó el momento histórico que supone la introducción del euro, y calificó de "irreversible" la ampliación de la UE.
En Londres, Tony Blair, primer ministro del Reino Unido, que no forma parte de los 12 países que han adoptado el euro, deseó éxito a la divisa única: "Es de nuestro pleno interés que sea un éxito. Gran parte de nuestros negocios y de nuestros empleos están vinculados con el resto de Europa".
La llegada de la divisa única a los bolsillos de los europeos es apenas la parte visible de un proceso más profundo. En realidad, la moneda única es la coronación del proceso de integración continental iniciado con la formación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1951.
Medio siglo de experiencia comunitaria fue derribando las barreras comerciales y conformando un mercado único que ha concluido en la necesidad de una sola moneda capaz de facilitar las transacciones y acelerar el proceso de unificación. Por delante hay, a partir de ahora, una ardua tarea. Para el ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, se necesita "un texto que obligue a los actores a ponerse de acuerdo en política económica estructural y coyuntural".
En el plano financiero, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, apunta a profundizar en la integración. En una reciente entrevista con Cinco Días, aseguraba tajante que "es urgen-te la creación de un mercado financiero unificado", tras reconocer que no hay un mercado único de deu-da europea, sino tantos como países integran la Unión. Esta noche los 12 países de la UEM estarán un poco más cerca de un futuro común.
Festejos en puertas y puentes de toda Europa
La Puerta de Brandemburgo, en Berlín; el Pont Neuf, en París; la Puerta del Sol, en Madrid. Puertas y puentes (los dos elementos arquitectónicos que figuran en los billetes de euro) de las principales capitales de la zona euro servirán esta noche de escenario para celebrar los actos de bienvenida de la moneda que utilizarán a partir de mañana más de 300 millones de europeos. Los primeros en saludar su llegada serán los finlandeses y los griegos, debido a la hora de adelanto que tienen sobre el grueso de los países de la UEM. Los últimos serán los portugueses, por su hora de retraso. En Berlín, las celebraciones tendrán lugar en la arteria más emblemática de la ciudad, que une la puerta de Brandemburgo con el Obelisco de la Victoria. En Madrid, los actos incluirán un espectáculo so-bre la historia de la peseta, en la Puerta del Sol, que concluirá con un festival de luz, sonido y fuegos artificiales.