El BBVA culmina en sólo una semana el cambio de equipo y de línea de actuación
El presidente del BBVA, Francisco González, ha logrado en un tiempo récord implantar en el BBVA una "auténtica revolución", señala un alto directivo bancario. En menos de una semana, el BBVA ha dado un giro total, tanto al organigrama como a su futura política de actuación, y los cambios se han producido "sin apenas ruido", lo que contrasta con las tensiones vividas en el Santander Central Hispano.
El pasado martes el consejo de administración del banco aceptaba la salida anticipada del ya ex copresidente del BBVA, Emilio Ybarra, y del vicepresidente y consejero delegado, Pedro Luis Uriarte, quienes renunciaban a también a sus puestos en el consejo. Y ese mismo día se nombraba a José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, pero con una gran diferencia respecto a Uriarte. Sus poderes serán menores, ya que Francisco González se queda como presidente único con mayores atributos ejecutivos. A la salida de Ybarra y Uriarte se les sumó otro de los principales ejecutivos, Javier Echenique, responsable del negocio mayorista.
Dos días después el mismo consejo de administración, pero ya sin Ybarra y Uriarte, aprobaba un nuevo organigrama, más simple (el comité directivo se reduce de 21 miembros a 14) y descentralizado, que llevaba consigo un cambio en la forma de hacer banca del BBVA. æpermil;ste conseguía equilibrar el peso de los dos equipos existentes. "Se ha conseguido un equilibrio mejor de lo que esperábamos", afirma un representante sindical.
Sólo el Gobierno vasco y representantes del PNV levantaron la voz. La posibilidad de que Francisco González trasladase la sede del BBVA de Bilbao a Madrid les puso en alerta. Pero González no ha dejado que estas especulaciones se prolongasen demasiado. Así, decidió celebrar el primer comité directivo ayer en Bilbao, y aprovechó la ocasión para afirmar que no era su intención cambiar la sede social.
Pero esta auténtica revolución no termina en estos cambios, ya que González quiere imprimir su sello en la estrategia, que será ejecutada por Goirigolzarri.
Ya desde que se aprobó el organigrama González tenía claro a donde quería llevar al BBVA y como hacerlo. No en vano, Goirigolzarri ya transmitió a su equipo un decálogo de nuevas metas. "Somos un grupo financiero internacional y diversificado, un banco global, con una gestión más descentralizada. Cada director de área y hacia abajo, cada unidad, tiene que ser consciente de la nueva cultura de emprendedor. Cada uno tiene que ser el mejor del mercado en su área", señalan fuentes del banco, que transmiten el mensaje de Goirigolzarri a su equipo.
Y es que el BBVA quiere recuperar la cuota de mercado perdida, con especial énfasis en el negocio típico bancario.
Del nuevo organigrama desaparece la división de Europa, "nuestra posición en Europa se limita casi a las participaciones que tenemos en BNL y Crédit Lyonnais, por lo que no tenía sentido tener una división específica", indican fuentes del banco. Mientras que para Portugal el BBVA ha decidido integrar su destino al de banco al por menor de España, bajo la responsabilidad de Julio López.
Otro cambio es la unificación del área de gestión de activos y banca privada, al frente de Ignacio Sánchez-Asiaín, que tiene bajo su responsabilidad seis divisiones: Gestión de activos, con José Sainz Armada; banco privada, Carlos Senent; Seguros España, Rosa Alegría, que deja fallidos; Seguros América, con Agustín Vidal; Pensiones, Juan I. Apoitia, y Estrategia y Finanzas, con Luisa Gómez Bravo.
González ratifica que la sede seguirá en Bilbao
Francisco González eligió ayer Bilbao para su primer acto público como presidente único del BBVA (la firma de un convenio de colaboración con el Museo de Artes de la ciudad) tras la renovación del organigrama aprobada por el consejo del banco la semana pasada.
En Bilbao presidió también su primer comité directivo y se reunió con unos 200 empleados, en la planta 19 de la sede de Gran Vía número 1, con el objetivo de reforzar el mensaje de continuidad y de unión entre las filas procedentes, tanto de BBV como de Argentaria.
Acompañado por el ex presidente Emilio Ybarra y el ex consejero delegado Pedro Luis Uriarte, quienes aprovecharon la ocasión para despedirse personalmente de los trabajadores, Francisco González ratificó que la sede del banco permanecerá en Bilbao y se mostró satisfecho por inaugurar la nueva etapa del banco en esa ciudad.
Francisco González, el primer presidente del BBVA nacido fuera del País Vasco, ha querido eliminar cualquier duda sobre cuál será su actitud respecto al País Vasco tras la marcha de Ybarra.
La profunda implicación del banco en el desarrollo de esta autonomía hace que desde Bilbao se hayan visto con especial expectación los relevos.
Lo cierto es que entre la burguesía vasca hay cierta inquietud y recelo ante los cambios en la cúpula del grupo. Este sentimiento de inquietud se ha radicalizado en el PNV y ha provocado, incluso, airadas declaraciones por parte de su presidente, Xavier Arzalluz, para quien la salida de Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte del banco es la forma que tiene el presidente del Gobierno, José María Aznar, para "anclar en España al BBVA". El efecto final, dijo, será "acabar llevando la sede a Madrid".
Francisco González aseguró ayer que "nunca" se ha planteado cambiar la sede social e incluso se llenó de argumentos:"Para crecer con rapidez y solidez hacen falta fuertes raíces", señaló.
Entre ellas citó el domicilio social de varias de las sociedades participadas del grupo, como la sociedad de valores del BBVA, el equipo humano que está trabajando en la capital vizcaína y el mayor número de patrocinios, tanto culturales como deportivos, en el País Vasco.
En este alarde de continuidad en las relaciones con el País Vasco, Francisco González ya había decidido la pasada semana mantener en el organigrama a Alfonso Basagoiti , una persona clave en el diálogo del banco con el PNV y el Gobierno.
El mantenimiento de la sede social tiene una significación especial en Bilbao, tanto por su repercusión económica en una Hacienda foral con capacidad de recaudar fiscalmente como por su vertiente social, ante el temor del País Vasco de perder cierta influencia sobre las principales empresas del país.
Aunque el BBVA es ya una multinacional española implantada en más de 35 países, sus responsables no se han cansado nunca de repetir su origen bilbaíno, hace casi un siglo y medio. González insistió ayer en este mensaje y aprovechó el marco del acuerdo con el Museo de Bellas Artes para establecer un paralelismo: "Ambos, el museo y el banco, están íntimamente vinculados con el pasado, el presente y el futuro de los ciudadanos de esta ciudad. Pero también tienen hoy una perspectiva mucho más amplia e internacional". El entonces Banco Bilbao nació en 1857 como banco de emisión y descuento. El Banco de Vizcaya nació en 1901.