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Pizarro pide más profesionalización en las cajas y consenso para la reforma

El presidente de la CECA, Manuel Pizarro, reclamó ayer, durante la asamblea general ordinaria de esta asociación, consenso político para afrontar la necesaria reforma de las cajas de ahorros, de la que deben ser pilares la mayor profesionalización, con límites a la presencia pública, y los nuevos mecanismos de capitalización del sector (cuotas participativas).

Las palabras del presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Manuel Pizarro, durante la 84 asamblea general ordinaria de esta asociación se convirtieron ayer en un altavoz de las preocupaciones y aspiraciones de las cajas en un momento delicado para el sector, al filo de una reforma y preocupado por la evolución prevista del negocio ante la desaceleración económica.

Pizarro insistió ante presidentes y directores generales de estas entidades en la necesidad de aumentar su profesionalización y recordó que Bruselas exige hace tiempo que se limite la representación pública al 50%, por lo que la reforma prevista no se puede demorar por mucho más tiempo.

No obstante, fuentes de las cajas señalan que Pizarro subrayó la importancia del consenso político para cualquier cambio. La insistencia en este consenso se produce cuando parece que finalmente los Grupos Popular y Socialista se dis-ponen a iniciar formalmente las negociaciones, después de muchos meses de alejamiento. æpermil;stas podrían desembocar en un acuerdo para incluir los cambios previstos, en la Ley Financiera, me-dian-te su tramitación parlamentaria.

Para Pizarro, la búsqueda de mecanismos de capitalización, entre los que figuran las cuotas participativas, uno de los pilares de la reforma, se convierte en una necesidad, máxime con la perspectiva de las nuevas exigencias de capital de Basilea II.

En cualquier caso reconoció que contar con las herramientas necesarias no basta si persisten las barreras de acceso a los mercados de capitales. En este sentido, las cajas auguran que Basilea complicará las cosas si no flexibiliza los criterios. El hecho de que existan ratings distintos para cada país de la Unión Europea juega en contra de las entidades españolas.

Hace meses que las entidades de ahorro preparan un sistema propio de gestión y control de riesgos, con el que se anticipan a las exigencias de Basilea II. El ahorro estimado por la aplicación de este sistema va de 70.000 a 130.000 millones de pesetas (781 millones de euros), lo que redundará en mayores beneficios.

Pizarro se refirió también a los temores del sector a corto plazo (2002) y pintó un escenario complicado para los márgenes como consecuencia de la rebaja de tipos y la desaceleración económica. Las cajas creen que la economía no crecerá más allá del 2,5% el año que viene, con inflación entre el 2,5% y el 3%, es decir, tipos reales negativos. Esa situación repercutirá inevitablemente en el negocio.

La desaceleración ya es palpable en el balance de octubre, con un crecimiento del crédito del 15,18%, que aunque todavía es elevado si se compara con el de los bancos (5,9%), contrasta con las tasas del 20% que alcanzó el sector a finales de 2000.

Negocio

La pérdida de pulso en el negocio se aprecia también en la captación de recursos de clientes, con un crecimiento de los depósitos del 13,27%.

Por lo que respecta a las inversiones, la cartera de renta fija de las cajas tenía un valor de 3,97 billones de pesetas. La crisis del 11-S ha provocado una contracción en la inversión en acciones y renta variable y un crecimiento mínimo (1,9%) de la cartera de participaciones.

Por otra parte, la asamblea decidió también rebajar un 13,8% la cuota confederal de la cajas para el año que viene, con lo que queda fijada en 50 pesetas (0,30 euros) por millón de acreedores. Eso supone rebajar a la mitad en cinco años las cuotas que pagan sus asociadas.

En 1995, 100 pesetas (0,60 euros). Pese a la rebaja de la cuota, los ingresos por servicios continúan en aumento.

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