Japón entra en recesión tras caer el PIB un 0,5% en el tercer trimestre del año
Tras muchos meses situada al borde de la recesión, la economía japonesa entró ayer oficialmente en ella al conocerse que en el tercer trimestre del año su PIB se contrajo un 0,5%. Este descenso se sumó al registrado entre abril y junio, cuando el PIB cayó un 1,2%, cumpliendo así la definición técnica de recesión (dos trimestres seguidos con crecimiento negativo).
Para todo 2001 se espera que la economía se contraiga un 0,9% y para 2002 se prevé un retroceso del 0,3%.
Aunque esperado, el dato corrobora la pésima situación de la economía japonesa que, por cuarta vez en una década, cae en recesión, y presiona aún más para que el Gobierno de Junichiro Koizumi aplique las reformas estructurales que ha anunciado. "La dura situación continuará por un tiempo, pero si no seguimos con la reforma estructural todo empeorará", dijo el primer ministro. Entre las reformas que Koizumi ha prometido se incluye la limitación de la nueva emisión de bonos a 30 billones de yenes (45 billones de pesetas), la privatización de varias empresas deficitarias y el saneamiento de la banca, lastrada por los créditos incobrables.
Aunque la gubernamental Agencia de Servicios Financieros ha presionado en los últimos meses y las entidades han pasado miles de créditos de problemáticos a irrecuperables, el proceso durará aún "dos o tres años", según este organismo.
El saneamiento de la banca, sin embargo, también originaría más desequilibrios, pues supondría la quiebra de muchas empresas. La incertidumbre del futuro laboral ha hecho mella en la demanda interna, debido al temor de que la cifra de desempleo, que ya se encuentra en el récord del 5,4%, se dispare más. La última gran quiebra se conoció el jueves, cuando la constructora Aoki anunció su bancarrota.
Ayer se conoció el gasto familiar en octubre, que subió un 0,4% con respecto al mes anterior. Esta es la primera subida en los últimos siete meses y ha estado impulsada por el gasto en transportes y comunicaciones. Por el contrario, la partida más importantes de todas, la de alimentación, se contrajo un 2,6%.
En cuanto a las exportaciones, que actuaron como motor de crecimiento en las etapas de crisis, cayeron un 3,3% en el tercer trimestre. El descenso de las ventas al exterior ha provocado que algunos funcionarios del Banco de Japón apuesten por el debilitamiento del yen, que ayer se cambió a 124,9 unidades por dólar.
Por otra parte, Koizumi viajó ayer a Bruselas, donde se entrevistará con el primer ministro belga, Guy Verhof-stadt, y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.