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Los autónomos llaman a la desobediencia fiscal contra el Gobierno

La Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (Asnepa), de reciente creación y que agrupa a diversas agrupaciones sectoriales, hizo ayer un llamamiento a la desobediencia fiscal, dirigida a las asociaciones y no a los asociados, a las que propone que no paguen los impuestos que les corresponde a partir del 1 de enero, como medida de protesta contra las medidas fiscales del Gobierno.

Según el secretario general de Asnepa, Pedro Mezquida, "se trata de manifestar el malestar de los autónomos a través de los organismos intermedios, para que no se perjudiquen aún más los profesionales y empresarios con los recargos que impondrá Hacienda". En España existen unas 5.000 asociaciones de este tipo que agrupan a 3,5 millones de autónomos.

Según Mezquida, "la repercusión económica no será grande, pero el Gobierno se tiene que enterar de que está perjudicando a los que más pagan, que son los pequeños empresarios y los autónomos, y que, si quiere subir los impuestos, lo tiene que hacer de forma proporcional". Asnepa estudia otras medidas que irá anunciando en los próximos días, informa Javier Alfonso.

Por otra parte, la patronal catalana Fomento del Trabajo pidió ayer al Gobierno que reconsidere su decisión de aumentar cuatro pesetas el litro el impuesto que grava la gasolina, que entrará en vigor el 1 de enero de 2002.

Fomento aseguró que existe un "intenso malestar entre amplios sectores, principalmente entre las pequeñas y medianas empresas, por las últimas decisiones del Gobierno en materia fiscal" y, en concreto, por el aumento de la presión fiscal a través del incremento del impuesto de la gasolina.

Según Fomento del Trabajo, "no se alcanza a comprender, más allá del impacto económico, las razones para crear un nuevo impuesto sobre los carburantes ni tampoco para aumentar linealmente la tributación por módulos en una fase de desaceleración del crecimiento económico como es la actual".

Perjuicio a los sectores

Para la patronal que preside Joan Rosell, "la finalidad que se persigue parece ser puramente recaudatoria, sin tener en cuenta las consecuencias que supone sobre los costes de los sectores profesionales y sobre los precios al consumo."

Por su parte, el incremento de los módulos para los sectores profesionales "sigue la pauta del aumento monetario previsto del PIB, que lógicamente no puede confundirse con la evolución esperada de los beneficios de los empresarios individuales que van claramente a la baja en el próximo año", según Fomento.

Según la opinión de esta organización empresarial, "el sistema de módulos no permite a los empresarios individuales deducir los gastos derivados de la introducción del euro".

Fomento calificó el conjunto de este aumento de la tributación como "claramente contradictorio con la situación económica y el esfuerzo empresarial derivado de la introducción del euro".

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