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INTERNACIONAL

Aznar y Bush evitan definir posturas sobre la extradición de terroristas

El presidente José María Aznar acudió ayer a la Casa Blanca para reiterar al estadounidense George Bush que puede contar con la "coo-peración plena" de España en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, ambos pasaron de puntillas sobre los puntos más polémicos de esta colaboración, como la extradición de sospechosos de terrorismo a EE UU, donde podrán ser juzgados en tribunales militares.

Bush recibió ayer en la Casa Blanca a su "amigo personal" José María Aznar y le dio las gracias por ser uno de los líderes que más ha cooperado con EE UU tras los atentados terroristas de septiembre. "Hemos pedido ayuda a todos los países del mundo, y éste es un presidente que ha respondido", dijo Bush, citando de inmediato la detención en España de varias personas supuestamente relacionadas con la red Al Qaeda.

Ambos destacaron los puntos de consenso en materia de lucha antiterrorista, pero pasaron de puntillas por los puntos más escabrosos de dicha cooperación.

Aznar confirmó que EE UU "no ha pedido la extradición de ningún miembro de la red Al Qaeda" y dijo que "si ésta se produce, la revisaremos y decidiremos al respecto teniendo en cuenta los procedimientos legales de España y la Unión Europea". No obstante, precisó que respeta los procedimientos establecidos por EE UU, un país que "tiene derecho a organizar su jurisprudencia como considere oportuno, como corresponde a cualquier país libre y democrático".

Bush ha firmado un mandato presidencial que autoriza a establecer tribunales militares para juzgar a los sospechosos de terrorismo según el código castrense. Juicios en los que podrá emitirse la pena de muerte sin necesidad de demostrar culpabilidad "más allá de toda duda razonable" y en los que no existirá derecho de apelación. En estas circunstancias, ningún país de la UE puede autorizar extradiciones a EE UU a menos que se ofrezcan garantías especiales (como el compromiso de que no se dictará una condena de pena capital).

Bush dijo hace unos días que estaba deseando poder explicar a Aznar la necesidad de este tipo de tribunales. Tras la reunión y el almuerzo que celebraron ambos líderes ayer, Aznar dio una de cal y otra de arena. Por un lado, reiteró la oposición de España a la pena de muerte y la necesidad de regirse por las leyes de la UE. Por otro, anunció que el asunto "está siendo debatido en el seno de la UE para buscar una solución satisfactoria" para todas las partes, y que EE UU y la UE deberán definir un nuevo marco de cooperación en materia de seguridad "seguramente durante la presidencia española de la UE (que empieza en enero)".

La rueda de prensa, celebrada en el Jardín Rosado de la Casa Blanca, fue corta y expeditiva. Con lo cual los dignatarios no tuvieron que dar demasiados detalles sobre sus diferencias.

Tras dos horas de controles de seguridad para acceder al complejo, Bush anunció a los periodistas en un español bastante decente que sólo responderían a "cuatro preguntas porque tenemos mucha hambre". Una broma que el estadounidense utiliza de manera habitual para reducir al máximo su exposición a las preguntas de los periodistas.

El presidente español se permitió, además, el lujo de responder a una de ellas con un escueto monosílabo.

El diario The New York Times informó ayer que la lista de detenidos en la redada masiva lanzada por EE UU tras los atentados de septiembre incluye a tres españoles. Preguntado sobre si habían discutido sobre este asunto, Aznar respondió con un escueto "no" y Bush se encogió de hombros. En una rueda de prensa posterior, el presidente español dijo que "parece" que los ciudadanos españoles han sido detenidos por problemas de visado y no porque tengan relación con los atentados de septiembre.

Los presidentes debatieron también la situación en Oriente Próximo, el acuerdo de defensa bilateral (que esperan haber sellado a fin de año) y la situación de Argentina (Aznar dijo que tanto él como Bush apoyan los esfuerzos del Gobierno de De la Rúa y confían en que los mercados y los organismos internacionales "reconozcan estos esfuerzos"). Tras su paso por la Casa Blanca, Aznar tenía previsto entrevistarse con el presidente de la Reserva Federal, Alan Green-span, y con el jefe de la nueva Oficina de Seguridad de la Nación, Tom Ridge.

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