Trillo declara que la denuncia de fondos reservados no tuvo una intención política
El ministro de Defensa, Federico Trillo, y el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, declararon ayer como testigos en el juicio por el caso de los fondos reservados. Trillo negó que la denuncia del supuesto uso irregular de estas partidas fuera parte de una cacería política contra el Gobierno socialista. Fraga dijo que creyó que era lícito el cobro de 30 millones para reconstruir su chalé, objetivo terrorista.
Fue una obligación pública y legal", manifestó Federico Trillo ante el tribunal cuando fue preguntado por cuál fue la intención de la presentación de la denuncia en 1994 por un presunto uso irregular de los fondos reservados del Ministerio del Interior.
El ministro de Defensa y por entonces vicepresidente de la Mesa del Congreso afirmó que con la denuncia no pretendió "instrumentalizar la justicia al servicio de una causa política". De esta forma desmintió al ex presidente del Gobierno Felipe González, quien dijo ante la Sala que el proceso judicial de los fondos reservados formaba parte de "una cacería política" cuyo objetivo era él.
Trillo explicó que decidió presentar la denuncia después de que fracasaran los intentos del Partido Popular de establecer un sistema de control parlamentario de esas partidas presupuestarias y después de los indicios vertidos en la comisión de investigación del caso Roldán sobre un supuesto uso irregular de los mencionados fondos. Leopoldo Torres, abogado del ex ministro del Interior José Luis Corcuera, insistió en hablar de los regalos con los que se obsequia a los diputados. Aunque el tribunal puso objeciones a estas preguntas, Trillo declaró que los obsequios se acuerdan en la Mesa del Congreso de los Diputados y se cargan en la partida presupuestaria de gastos protocolarios y de representación.
Joyas y cajas de plata
Trillo señaló que bajo su mandato "no regaló nunca relojes", contestando a las réplicas de Corcuera. æpermil;ste, en un receso, mostró a los periodistas una caja de plata que Trillo regaló. El ex ministro, mientras mostraba el regalo, apuntó: "si lo hace él, también lo puedo hacer yo". Corcuera está procesado por regalar joyas con cargo a los fondos reservados a las esposas de algunos cargos de las fuerzas de seguridad del Estado.
Manuel Fraga admitió que cobró 30 millones de mano de Rafael Vera, el ex secretario de Estado para la Seguridad, como indemnización después de que el Exército Guerrilleiro do Povo Galego Ceibe atentara contra su chalé de Perbes en 1988. El presidente de la Xunta de Galicia afirmó: "siempre pensé que recibía el dinero correctamente". Dijo no saber la procedencia del dinero y aseguró que se enteró por la prensa de que se trataba de fondos reservados.
Fraga dijo a la Sala: "Me han mirado hasta la ropa interior con lupa, con perdón, y no he salido mal parado de estos exámenes". Fraga entendió la indemnización como una compensación al atentado sufrido en su propiedad del que fue avisado con antelación, pero que no pudo ser evitado.