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El beneficio neto de las empresas cae el 12% entre enero y septiembre

El beneficio neto de las empresas no financieras descendió un 11,9% en el periodo enero-septiembre de este año respecto al obtenido en el mismo periodo de 2000. Esta desaceleración del beneficio (que en 2000 creció un 21%) se produce por la pérdida de actividad económica y su reflejo en las empresas, provocada tanto por la caída de la demanda externa como por la moderación del consumo e inversión internos.

La Central de Balances del Banco de España de los tres primeros trimestres de este año, que analiza las cuentas de resultados de las grandes empresas no financieras (las 732 que ya han aportado sus datos y que suponen el 13,6% del PIB no financiero), revela el paralelismo existente entre la fuerte desaceleración económica experimentada por España en 2001 y los resultados empresariales.

Este análisis es más pesimista que el de la evolución de los datos de las empresas del Ibex. Sus beneficios aumentaron un 7,39% en los nueve primeros meses del año. Pero entre julio y septiembre ganaron un 4,5% menos.

Pese a todo ello, las empresas siguen generando crecimientos de sus resultados y creando empleo, y "podrán mantener ambas variables en positivo durante 2002 si se mantiene el control de los costes, para volver a una fuerte recuperación en 2003", según asegura el director general de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina.

El primer signo de la debilidad de la situación y su reflejo en las empresas en los nueve primeros meses de 2001 es el crecimiento del valor de la producción, que sólo avanza un 3,6%, frente al 18,2% del mismo periodo del año anterior. El valor añadido bruto (VAB), por su parte, crece sólo un 4,8%, frente al 7,6% hasta septiembre de 2000 o al 7,1% de todo el ejercicio pasado. Esta variable está sensiblemente sesgada por la fuerte caída de los precios de los productos refinados del petróleo, tras la caída del crudo, aunque se recupera en parte por la recomposición de márgenes comerciales en la venta de tales productos.

Sin embargo, y pese a que los costes de personal han crecido ligeramente por debajo de 2000 (un 4,9% frente a un 7,1%), el beneficio bruto de explotación crece sólo un 4,8%. No obstante, esta primera aproximación a los resultados de las empresas ya advierte de una fuerte pérdida de vigor empresarial, ya que en 2000 creció un 7,1% y un 9,1% en los tres primeros trimestres de 2000. En cuanto al beneficio ordinario neto, éste crece todavía un 8,9% (igual que hasta septiembre de 2000) por la congelación de las amortizaciones y la fuerte aportación de los ingresos financieros (crecieron un 36,5% por el retorno de las inversiones en el exterior), así como por la percepción masiva de dividendos, y pese al crecimiento de los costes financieros (aumentaron un 28,2% para costear la inversión).

Por lo que se refiere al resultado neto, medido como porcentaje del valor añadido bruto, llegó al 21,1% (21,1 pesetas de beneficio neto por cada 100 de VAB generado). Esta variable (fórmula tradicional de proporcionar la información sobre excedente neto de las empresas por el Banco de España) creció un 21% en 2000, pero registró una caída del 11,9% en los nueve primeros meses de este año respecto al mismo periodo del periodo anterior.

Esta desaceleración agregada de los resultados es prácticamente imputable en su totalidad a las manufacturas, que están técnicamente en recesión y que mantienen un comportamiento cíclico adelantado. Su valor añadido cae un 6,1% hasta septiembre, mantienen a duras penas el empleo y su beneficio bruto desciende un 14,8%.

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