Aripresa invierte 100 millones al año para restaurar el paisaje de las riberas del Jarama
Hace 30 años sólo existía una laguna natural dentro del área actual del Parque Regional del Sureste de Madrid, en las inmediaciones de San Martín de la Vega. Hoy se cuentan hasta 123 lagunas entre los cortados y cantiles de los ríos Jarama y Manzanares, que se han originado por la actividad de las empresas de extracción de grava y áridos.
Áridos y Premezclados (Aripresa), perteneciente al grupo cementero Portland, es una de las contadas excepciones en esta zona que tienen un plan de desarrollo sostenible para proteger el delicado e interesante ecosistema de humedales que se ha creado en su área de explotación.
El director general de Aripresa, Federico Bernabéu, afirma que en las 459 hectáreas que ocupa su planta de El Porcal (en el término municipal de Rivas-Vaciamadrid) se han censado hasta 200.000 aves acuáticas, de las que más de 120.000 son gaviotas, que se refugian aquí en invierno. Entre ellas, algunas especies muy preciadas e incluso en peligro de extinción en la región madrileño, como cormoranes, martín-pescadores, garzas imperiales o somormujos.
Esta finca, en la confluencia del Manzanares con el Jarama, cayó dentro de las delimitaciones del Parque Regional del Sureste, cuando éste se creó en junio 1994, por lo que la gravera se tuvo que tomar muy en serio la necesidad de una política de desarrollo sostenible, que se traduce en la restauración del paisaje en las canteras agotadas y en tareas de conservación del ecosistema en torno a los ocho humedales en su terreno, de las que cuatro están clasificados a nivel nacional como "zona de especial protección de aves" (Zepa) desde 1997. Bernabéu asegura que, desde entonces, Aripresa, que factura al año en esta planta unos 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros), dedica unas provisiones de unos 100 millones de pesetas anuales (600.000 euros) para restauración. Como consecuencia, el precio de la tonelada de árido se ha duplicado respecto a 1974 (año en que Aripresa compra la finca), que se sitúa en un promedio de 1.000 pesetas (seis euros). Bernabéu remonta a 1982 el comienzo de esta tendencia inflacionista.
70 explotaciones
Desde mediados de los setenta, el sector minero en las terrazas de ambos afluentes del Tajo se hace especialmente activo. Antonio Martínez Escribano, presidente de la Asociación de Ecologistas del Jarama-El Soto, calcula que dentro del Parque del Sureste "puede haber hasta setenta explotaciones, que corresponden como mucho a una treintena de empresas", explica Martínez Escribano. Dan empleo a 900 personas, lo que ofrece una idea de la importancia de la actividad dentro de una de las zonas económicamente más deprimidas de la región.
Hasta que el Gobierno autonómico no protegió la zona en 1994 -con el refuerzo posterior del Decreto 27/1999, sobre ordenación de los recursos naturales-, la explotación de las terrazas fluviales del tramo medio-bajo del Jarama constituía una actividad muy provechosa. "Hay yacimientos de sílex en el parque de hasta 25 metros de profundidad", afirma Martínez Escribano, "con lo que con una licencia para explotar de una pequeña parcela, obtienen rendimientos muy elevados". Aripresa produce 2,5 toneladas de grava y áridos al año, lo que supone un movimiento de tierras por valor de una tonelada más.
En opinión de Martínez Escribano, sólo esta gravera y Pioneer Concrete Hispania -de capital australiano- "realizan esfuerzos de restauración por encima de su obligación legal. Pero", puntualiza, "lo hacen porque la Ley 6/1994 restringe la explotación al 50% del terreno del parque y, en el caso del grupo Portland, tiene intereses en la construcción de las carreteras radiales de Madrid".
El año pasado, la Comunidad de Madrid reconoció la labor de restauración de Aripresa y de una pequeña empresa, Tramsa, perteneciente a Transportes MAT.
Sanción controvertida de Medio Ambiente
La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha impuesto dos sanciones a Aripresa el año pasado: una, por colmatar con vertidos de barro sin tratamiento en la laguna de Miralrío, procedentes del lavado de los áridos de su explotación en Velilla de San Antonio, que se multó con siete millones de pesetas; y otra en esta misma explotación, por realizar la limpieza de dichos barros en cubetas de decantación al efecto sin el permiso preceptivo, que se multó con cinco millones de pesetas.
La empresa ha recurrido esta ultima sanción, porque entiende que se trata de un trabajo necesario para la adecuada gestión medioambiental del humedal. El director general de Aripresa, Federico Bernabéu, afirma que un reciente informe que encargó a la Sociedad Española de Ornitología sobre la incidencia de su actuación demuestra los beneficios de dragar las cubetas para asegurar la calidad de las aguas del humedal.
El presidente de los Ecologistas del Jarama-El Soto, Antonio Martínez, afirma por su parte que han presentado ante la Consejería de Medio Ambiente una denuncia por vertidos en una de las lagunas de mayor valor ecológico en los dominios de Aripresa en El Porcal.