Fidalgo augura que 2002 será "duro" para el empleo y pide que los convenios lo prevean
El líder de CC OO insistió al resto de los interlocutores sociales que las líneas del futuro acuerdo interconfederal que negocian CC OO, UGT y CEOE-Cepyme deberán "poner coto" a la destrucción de empleo y a la subcontratación.
El secretario general de CC OO, José María Fidalgo, alertó ayer de los malos vientos que azotarán el empleo en 2002.
Según advirtió al presentar las conclusiones del consejo confederal del sindicato, el próximo ejercicio será "duro" para la creación de puestos de trabajo, por lo que insistió al resto de los interlocutores sociales que las líneas del futuro acuerdo interconfederal que negocian CC OO, UGT y CEOE-Cepyme deberán "poner coto" a la destrucción de empleo y a la subcontratación. Además tendrán que limitar la temporalidad a determinados sectores y empresas y luchar contra la siniestralidad laboral.
Pese a estas buenas intenciones, Fidalgo dijo: "Me temo que será muy difícil el acuerdo con los empresarios". A juicio de sus explicaciones la principal dificultad para sellar este pacto de contenidos de los convenios de 2002 radica en el diseño de las cláusulas de garantía salarial.
CC OO, indicó, no firmará un acuerdo que no recoja la inclusión de cláusulas que garanticen los incrementos pactados en los convenios, por encima de lo que se desvíe la inflación. Esto es, a CC OO no le bastará con que dichas cláusulas de revisión salarial aseguren que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, sino que deberán garantizar que se suma el incremento salarial pactado en convenio al desvío que registre la inflación.
A cambio, Fidalgo volvió a reiterar que los sindicatos aceptarán moderación salarial, pero parece que el acuerdo será complicado en cualquier caso.
Ante este escenario, el líder de CC OO recordó que el Gobierno nunca dijo que renunciara a acometer la reforma legal de los convenios. Al tiempo, Fidalgo admitió que la central que dirige es también partidaria de proseguir las negociaciones para dicha reforma legal, pese a que CC OO asumió públicamente la negociación del futuro acuerdo interconfederal sobre el contenido de los convenios como moneda de cambio para paralizar la intención del Gobierno de legislar.