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Alemania, Francia y Holanda reclaman la armonización fiscal de las sociedades

La Unión Europea se dispone a librar una nueva batalla sobre armonización fiscal. Alemania, Francia y Holanda pidieron a la Comisión Europea, en la última reunión de Ecofin, más ambición en sus propuestas para reducir las diferencias en los tipos del impuesto de sociedades en la UE. Mientras Londres ha manifestado una oposición radical, Bruselas apuesta por una solución intermedia: unificar únicamente la base imponible del impuesto.

Bernardo de Miguel Bruselas

La reunión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) del pasado martes permitió al comisario de Fiscalidad, Frits Bolkestein, sopesar la reacción de los países comunitarios ante su propuesta. Hubo de todo menos indiferencia, a decir de quienes asistieron al encuentro. Fue el compatriota del comisario, Wouter Bos, secretario de Estado de finanzas de Holanda, quien hizo la más encendida defensa de la imperiosa necesidad de una convergencia de los impuestos de sociedades en la UE.

Los partidarios de esa armonización, Alemania, Francia y Holanda, alertan sobre la diversidad de tipos que supondrá la ampliación hacia Europa Central y del Este, pues en algunos de los países candidatos el tipo llega a ser cero. Además, la CE ya cifra en más de 30 puntos porcentuales la divergencia entre la fiscalidad efectiva de las empresas a pesar de que algunos Estados han reducido sensiblemente los tipos en los últimos dos años.

La solución propuesta por Bruselas no va más allá de armonizar el concepto de base imponible, para fomentar la transparencia de los regímenes fiscales y permitir a las empresas elegir el clima impositivo más benévolo. El documento de Bolkestein cree que esa reforma eliminaría, además, numerosas barreras fiscales a la actividad transfronteriza de las empresas y facilitaría la consolidación por sectores en la zona euro. La CE culpa, por ejemplo, a las diferencias actuales de la falta de fusiones europeas.

Pero la solución propuesta por Bolkestein exaspera al Reino Unido, que junto a Irlanda se muestra dispuesto a resistir el más leve intento de armonización. La secretaria del Tesoro británico, Dawn Primarolo, llegó a acusar al comisario el martes de enmascarar la verdadera intención de su proyecto para igualar el cálculo de la base imponible. "Bolkestein ha intentado buscar un camino intermedio entre los enemigos acérrimos de la armonización y los partidarios de avanzar más deprisa", defienden fuentes de su departamento.

Berlín y París vienen defendiendo en los últimos años una competencia fiscal más leal dentro de la UE, donde la tasa impositiva del 10% de Irlanda dejaba en evidencia el 52% que hasta hace un año imponía Alemania. El comisario holandés considera saludable esa competencia, que puede obligar a ciertas haciendas a poner coto a su voracidad recaudadora. Pero el año que viene iniciará un proceso de consulta para determinar el mejor modo de armonizar los impuestos de sociedades. Los partidarios defienden la introducción de una banda que permita a cada Estado elegir el tipo que considere más adecuado. Pero Londres anuncia de nuevo su intención de no resignarse a la armonización.

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