Europa sigue la estela de EE UU y baja medio punto los tipos de interés
El precio del dinero se situó ayer en el 3,25% tras la rebaja de medio punto decidida por el Banco Central Europeo (BCE). El segundo recorte desde los atentados de Estados Unidos delata la inquietud de Francfort ante el serio deterioro del clima económico de la zona euro. El presidente del BCE, sin embargo, descartó nuevos movimientos hasta primeros de 2002 al tiempo que anunció que las decisiones de política monetaria se tomarán de ahora en adelante en la primera de las dos reuniones mensuales del BCE.
Wim Duisenberg se rindió ayer, por fin, a las evidencias del enfriamiento económico y concedió otro severo recorte en el precio del dinero, hasta el punto de sorprender a los analistas que habían apostado por un cuartillo de rebaja. Debilidad del crecimiento, falta de confianza de los consumidores y los mercados e incertidumbre sobre una posible recuperación justifican a juicio del presidente del BCE la rebaja, toda vez que la estabilidad de los precios parece asegurada.
Willem Duisenberg aseguró ayer que Europa escapará a la recesión económica por muy poco, por escasas décimas. A su juicio, en el último trimestre de este año Europa no crecerá más de un 0,1%, tras los sucesivos recortes en la actividad en los últimos meses, especialmente aceleradas desde los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. Duisenberg, que ha soportado varias semanas de persistente presiones políticas en favor de una bajada de tipos de interés, reconoció también, en rueda de prensa, que la independencia de la institución no se puede defender hasta el punto de retrasar los ajustes monetarios que demande la zona euro. "Es mejor no escuchar en absoluto", afirmaba. Minutos después, el Gobierno alemán, uno de los más favorables a la bajada, se congratulaba por la decisión, que supone el cuarto recorte en lo que va de año con un descenso acumulado del precio del dinero de 150 puntos básicos (desde el 4,75% en mayo de este año).
El BCE intentará aliviar a partir de ahora la tensión política y la volatilidad en los marcados que desata la inminencia de sus decisiones sobre tipos adoptándolas exclusivamente, salvo en casos de extrema necesidad, en la sesión del consejo de gobierno del primer jueves de cada mes. El otro encuentro mensual se reservará para que los gobernadores de los bancos centrales y el comité ejecutivo del BCE analicen en profundidad la evolución de la economía, pero al final del mismo no se emitirá ningún comunicado de prensa.
Se trata del enésimo ajuste a la política de comunicación de Francfort, que porfía por enviar un mensaje claro a los mercados. A la reunión de ayer, sin ir más lejos, le había precedido un sinfín de declaraciones contradictorias por parte de algunos de los 18 miembros del consejo de gobierno del Banco Central Europeo. "Los mercados deben escucharme más a mí que a los otros", recomendaba ayer el holandés.
Pero ni siquiera el monólogo de Duisenberg, escuchado en silencio aquiescente por el vicepresidente Christian Noyer, que asistía a la rueda de prensa, ofrece pistas inequívocas sobre el sesgo futuro de las decisiones del BCE. La pesimista descripción de Duisenberg de un escenario de absoluta debilidad ("más profunda de lo que esperábamos"), antesala de una recuperación incierta ("más tarde de lo que esperábamos") desemboca en una política monetaria cuyo margen de maniobra, a juicio del presidente del banco, se agotó ayer". "Sí", respondió lacónico a la pregunta de si el Banco Central Europeo había agotado su capacidad de actuación.
El presidente del BCE ya ha indicado en otras ocasiones que los movimientos de 50 puntos básicos en la política monetaria suelen reflejar la decisión del banco de mantener el nivel de los tipos durante las próximas semanas.
Pero el discurso del holandés dejó claro, al menos, que el BCE considera domeñada la inflación. El IPCA caerá a primeros de años por debajo del objetivo del Banco Central Europeo, fijado en el 2%, probablemente una vez más, "antes de lo que esperábamos".
Los tipos de interés no estaban en tasas del 3,25% desde febrero del año 2000. Ayer redujo también los tipos de interés el Banco de Inglaterra desde el 4,5% al 4%.
España se queda con tasas reales negativas
El recorte de medio punto del precio oficial del dinero, hasta el 3,25%, sitúa los tipos de interés reales en España en tasas negativas si se descuenta la inflación interanual, situada actualmente en el 3,4%. La rebaja de los tipos fue acogida con satisfacción por parte del Gobierno español. El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, aseguró que la decisión del consejo de gobierno del BCE demuestra que este organismo "apuesta por la recuperación económica". El secretario de Estado de Economía, José Folgado, indicó que la bajada de tipos mejorará el apalancamiento financiero (diferencia entre la rentabilidad de las inversiones y su coste) de las empresas, en un entorno de desaceleración de los precios.
El presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, sugirió, incluso, nuevos recortes, indicando que el diferencial de tipos entre EE UU y la UE (1,25 puntos) sigue siendo alto, a pesar de las últimas rebajas.
El recorte de medio punto acordado ayer fue aplaudido por las asociaciones de usuarios bancarios, que consideran que esta rebaja supondrá para los consumidores un ahorro de unas 5.200 pesetas mensuales para una hipoteca media de 20 millones, a pagar entre 15 a 20 años.