Hacienda no renunciará al déficit cero aunque rebaje el crecimiento previsto
El Gobierno está dispuesto a no renunciar al objetivo de equilibrio presupuestario para el próximo año, aunque rebaje las previsiones de crecimiento dentro de 15 días. Asegura que los Presupuestos para 2002 están diseñados con un margen que permite no tener que acudir a recortes de gastos.
El Gobierno insiste en mantener el objetivo de equilibrio presupuestario como mejor receta para sortear la crisis, con independencia de su duración e intensidad. El secretario de Estado de Economía, José Folgado, indicó ayer que la posible revisión a la baja del crecimiento previsto para 2002, anunciada un día antes por el vicepresidente Rodrigo Rato desde China, se realizaría, en todo caso, "bajo un referente no negociable de equilibrio presupuestario".
Folgado matizó, en unas jornadas sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2002 organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), que el Ejecutivo no tomará ninguna decisión antes del próximo día 21, cuando la Comisión Europea haga públicas sus previsiones económicas para la UE.
De esta forma, la revisión se haría oficial al mismo tiempo que las del resto de socios comunitarios, y quedaría encuadrada como consecuencia de la desaceleración económica que afecta a toda Europa.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, indicó en las mismas jornadas que la posible revisión del PIB previsto (2,9%) "se hará en función del contexto internacional" y, en todo caso, "no hay motivos objetivos para modificaciones sustanciales". El ministro aseguró que, pase lo que pase con las previsiones, el objetivo de equilibrio fiscal para 2002 se mantiene y "el Gobierno no tomará decisiones que supongan un recorte de gasto o una subida de impuestos que perjudique el crecimiento". La razón para que se mantenga el objetivo de equilibrio aún con un crecimiento menor -el FMI estima un 2,3% para 2002- se encuentra, en su opinión, en los "márgenes de flexibilidad" con que se han diseñado los Presupuestos.
Críticas de CEOE
El vicepresidente de la patronal CEOE, Arturo Gil, coincidió ayer con el Gobierno en la necesidad de mantener el equilibrio fiscal como objetivo, pero criticó duramente algunos aspectos de los Presupuestos, especialmente la Ley de Acompañamiento a los mismos, a la que calificó de "floja" porque "no estimula ni el consumo ni el ahorro".
Gil sugirió a Montoro que adelante vía enmiendas a los Presupuestos parte de las reformas fiscales previstas para el próximo año y abogó por una rebaja de las cotizaciones sociales, aprovechando el excedente de la Seguridad Social. Desde el PSOE, el portavoz de Economía en el Congreso, Jordi Sevilla, criticó que el Gobierno haya incluido en la Ley de Acompañamiento medidas fiscales que van dirigidas exclusivamente al ahorro "en vez de incentivar el consumo".
Expertos como el ex secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, lamentaron en las mismas jornadas que el Gobierno no haya presentado unos Presupuestos que sean comparables, en términos homogéneos, con los del año anterior, debido a la incorporación en las cuentas públicas de 2002 del nuevo modelo de financiación autonómica.
El nuevo IRPF, en el Congreso en primavera
Montoro aprovechó para adelantar que la reforma del IRPF, prevista para el año 2002, será remitida por el Gobierno al Congreso en la próxima primavera.
La reforma incluirá una rebaja general de los tipos de gravamen (actualmente el marginal máximo es del 48% y el marginal mínimo, del 18%) y una nueva reducción de tramos de la tarifa. "Aún no tenemos una idea concluyente de cuantos tramos van a quedar, sólo sabemos que queremos salvaguardar la progresividad del impuesto", dijo.
Montoro señaló el interés del Ejecutivo en incentivar a los sujetos pasivos con cargas familiares y, dentro de ellos, "a las mujeres con hijos pequeños". Entre otros asuntos pendientes, destacó el proyecto de Ley de Mecenazgo, que será aprobado en Consejo de Ministros antes de diciembre; la renovación del Concierto Económico, previsto para antes de que acabe el año; y la Ley General Tributaria y la reforma de la financiación local para los primeros meses del próximo ejercicio.