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MEDIO AMBIENTE

Una tesis doctoral identifica las técnicas de edificación para reducir un 70% los residuos

Las Administraciones públicas son conscientes de que lo que más puede motivar al sector de la construcción al autocontrol es la introducción de criterios de evaluación ambiental en los pliegos de condiciones de los concursos para la contratación de obras públicas.

El Plan Nacional de Residuos de Construcción que puso en marcha el Gobierno el pasado mes de junio tiene un objetivo que parece una quimera: para 2006 el 90% de los 640 kilogramos de residuos que produce anualmente cada español por obras de construcción y demolición deberán tener un tratamiento distinto al vertedero. La mayoría de los expertos coincide en que la única manera de conseguirlo es empezar a controlar los procedimientos de construcción para implantar un método de separación de materiales a pie de obra.

No obstante, las Administraciones públicas son conscientes de que lo que más puede motivar al sector de la construcción al autocontrol es la introducción de criterios de evaluación ambiental en los pliegos de condiciones de los concursos para la contratación de obras públicas. De ahí que el 14 de octubre de 1997, el Ministerio de Medio Ambiente aprobara una orden para incluir la valoración ambiental como exigencia objetiva de resolución de los concursos. Esta iniciativa ha tenido eco en recientes resoluciones del Gobierno balear y la Junta de Andalucía en este sentido.

La doctora arquitecto sevillana Carmen Llatas ha obtenido el reconocimiento por aportar claridad en la tarea de identificar los procedimientos de construcción de viviendas más correctos desde el punto de vista medioambiental. El Ayuntamiento de Sevilla ha concedido a su tesis el Premio de Investigación de Medio Ambiente Urbano y, el pasado mes de octubre, la Fundación Agbar la distinguió con el primer accésit en la segunda edición de su concurso de Tesis Doctorales para el Desarrollo Sostenible.

Carmen Llatas concentró sus estudios en la ciudad de Sevilla, donde asegura que un 20% de los residuos de construcción y demolición terminan en escombreras incontroladas. Dado que la prevención prima entre los principios propuestos por la Directiva europea de 1991 sobre vertidos, Llatas concentró sus propuestas "en concebir el proyecto de construcción de tal forma que prevea una máxima reducción posible de sus residuos". Afirma que, siguiendo sus recomendaciones, "el volumen de residuos que genera el modelo de construcción convencional se podría reducir hasta en un 70%, del que un 55% son tierras y un 15% envases".

Entre otros procedimientos cita la construcción en altura, adaptar los edificios a la topografía del terreno, la cimentación con pilotes (que provoca menos movimiento de tierras), así como reutilizar los residuos en tapias, cubiertas o cerramientos.

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