Las navieras desvían cruceros a Barcelona para alejarlos de países cercanos a la guerra
El presidente del Puerto de Barcelona, Joaquim Tosas, ha señalado recientemente que tras los atentados de septiembre el negocio de cruceros en el Mediterráneo se ha reorganizado y ha decidido no recalar en los puertos más orientales ni del norte de África, lo que afecta a los circuitos tradicionales del Magreb, Egipto, Turquía e Israel.
Esta planificación beneficiará al puerto de Barcelona, que se convertirá en puerto base del Mediterráneo occidental, lo que permitirá un notable crecimiento en el número de escalas.
Por su parte, el director general de Turismo de Barcelona, Pere Duran, ha indicado que el número de turistas de cruceros de la ciudad tendrá un crecimiento moderado de un 3% o un 4%, frente al 15% previsto inicialmente.
Las compañías de cruceros están rehaciendo las rutas para el próximo año, y entre ellas, Royal Caribbean ha decidido trasladar la escala que realizaba en Venecia a Barcelona.
Fuentes del sector apuntan que en la presente temporada los puertos de Grecia, Turquía, Yugoslavia y algunos de Italia han quedado excluidos de la programación de los grupos de cruceros.
Duran señaló que "el impacto de los cruceros ha sido mínimo porque, cuando se produjeron los atentados, "la temporada estaba en el final". Duran corroboró que, a pesar de que el número de viajeros norteamericanos ha bajado, la caída no ha sido tanta, ya que las empresas de cruceros no devolvían el dinero.
Respecto al impacto de los atentados terroristas, Joaquim Tosas señaló que se notó la primera semana, cuando dejaron de venir unos "5.000 turistas de cruceros".