Xfera prescinde del 73% de la plantilla tras congelar el proyecto empresarial
Xfera reducirá drásticamente su plantilla, un 73%, para adaptar la compañía al proceso de congelación en el que sobrevivirá hasta la llegada de la tecnología de telefonía móvil de tercera generación UMTS.
Tal y como estaba previsto, el consejo dio ayer el visto bueno y de forma unánime a un recorte que supondrá la eliminación de 440 puestos de trabajo a través de un expediente de regulación de empleo. La reducción deja la plantilla en 160 personas, un 73% de la actual.
La persona encargada de dimensionar el cuarto operador de móvil a las actuales circunstancias ha sido el máximo ejecutivo de la compañía, Antonio Cantón. Sin embargo, otra vez se pusieron de manifiesto las divergencias entre los socios de la compañía. Según fuentes de los accionistas, ACS exigía un recorte más drástico aún, que dejara la empresa con sólo 50 empleados. En el lado contrario, la francesa Vivendi, el accionista más proclive a continuar con un proyecto más amplio a pesar de los problemas, pedía que la reducción fuera sólo de la mitad de la plantilla y que se quedaran 300 trabajadores.
La diferencia de opiniones entre unos y otros también quedó patente en la fórmula elegida para mantener hibernada la compañía. A petición de determinados socios y de los ejecutivos de Xfera, la empresa ha dejado, al menos formalmente, la puerta abierta para revivir el proyecto si hay cambios en la regulación que permitan operar con cierta rentabilidad en la tecnología intermedia entre GSM y UMTS, el GPRS.
Con este esquema, Xfera asegura que mantendrá los puestos clave de la plantilla, en aquellas áreas esenciales para llevar a cabo su negocio central, con el fin de conservar intacta la capacidad de poner en marcha el cuarto operador en cuanto sea posible. La empresa añade que continuará realizando parte del despliegue de infraestructuras, como la contratación de emplazamientos y la planificación de red.
Pese a estas intenciones, desde Ciencia y Tecnología siguen lanzando mensajes de que la posibilidad de un cambio regulatorio es escasa.